Monseñor Ngo Dinh Thuc, un Obispo católico
vietnamita, quien estando en Roma no pudo regresar nunca a su tierra natal a
causa de la irrupción violenta del comunismo en Saigón y la muerte de toda su
familia, incluido su hermano, entonces presidente de Vietnam. Estuvo en el
Concilio Vaticano II y por algunas actuaciones, muchos lo tuvieron por “tradicionalista”
y optó ya en su vejez por “consagrar” numerosos “obispos” en condiciones sumamente
cuestionables y que dejan serias dudas sobre la validez de dichas
consagraciones en razón de su estado mental y buen juicio. Veamos aquí algunos
de esos hechos:
1.
Las ordenaciones y
consagraciones del Palmar de Troya (el fiasco del Palmar como lo calificó en su
momento el P. Cekada), realizadas por “mandato de la Virgen que así lo pidió en
una aparición”, y además por una “bilocación” de Pablo VI supuestamente “preso
en el Vaticano y suplantado por un sosías”, sumándole a ese evento los presuntos
estigmas “recibidos a través del P. Pío” por Clemente Domínguez quien se
autoproclamó más tarde como “Papa” con el nombre de Gregorio XVII.
El mismo P.
Cekada antes de cambiar su posición, manifestó con cierta ironía, que cualquier
otra persona (como dando a entender que cualquiera que estuviera bien de la
cabeza o por lo menos con sentido común) se reiría. Así mismo, cuando Mons. Thuc
dijo el 13 de enero de 1976 para justificar las consagraciones: “Hemos vuelto a los tiempos apostólicos en
que los primeros Apóstoles se dedicaban a predicar y ordenar sin remitirse al
primer Papa, San Pedro”, el P. Cekada dice irónicamente que “es posible que él se haya olvidado de la milagrosa
bilocación de Pablo VI”. Y también de la “aparición de la Virgen” diríamos
nosotros.
Lo antes
afirmado se comprueba en los siguientes textos, dice el P. Cekada: “Poco antes de la Navidad de 1975, un
sacerdote apareció en Arpino [en Italia, donde residía Mons. Thuc] sin haberse
anunciado. Mons. Thuc refiere sus palabras: ‘su Excelencia [dijo el sacerdote]
la sagrada Virgen me envió para llevarlo a usted de inmediato a España, para
hacerle a Ella un servicio. Mi auto lo espera en la puerta de la rectoría
partiremos en seguida para estar allí en Navidad’. Pasmado por esta invitación,
le dije: ‘si es un servicio pedido por la Santísima Virgen, estoy dispuesto a
seguirlo a usted hasta el fin del mundo…’ ”.
El P. Cekada
comentando este hecho dice:"Detengámonos un momento para considerar
lo que el Sr. Domínguez estaba diciendo: La Santísima Virgen y Pablo
VI (por ‘bilocación’) le decían ambos a un obispo católico que debía ordenar a
unos laicos al sacerdocio (a quienes recién acababa de conocer y que no habían
hecho estudios eclesiásticos) y luego consagrarlos obispos, todo en un lapso de
tres semanas. Donde cualquier otro se hubiera reído a carcajadas rechazando esa
propuesta como un absurdo, Mons. Thuc mostró una verdaderamente colosal falta
de sentido común y aceptó”.
2.
Consagraciones de cismáticos y
de herejes veterocatólicos (viejos católicos) de Toulouse, Marsella y además
sin que nunca se haya sabido que mediara abjuración al respecto para colmo.
1)
Consagra a Comte de Labat
d’Arnoux el 10 de julio de 1976, un hereje y un apóstata, según el P. Barbara.
2)
Consagra a un viejo-católico
de Toulouse Jean Laborie el 8 de febrero de 1977 que además según el P. Barbara
es un conocido homosexual y que fue consagrado al menos tres veces y
posiblemente hasta cinco veces. El P. Cekada por esto dice: “elevó al pontificado (por enésima vez) a
Jean Laborie, jefe de la secta cismática de los Viejos-católicos, la Iglesia
Latina de Toulouse”.
3)
Consagra a Claude Nanta el 19
de Marzo de 1977.
4) Consagra a
García viejo-católico de Marsella.
5)
Consagra a un ex convicto,
Arbinet que llega a ser obispo del Palmar de Troya.
6)
Consagra a Roger Kozik en1981
habiendo sido consagrado antes por un obispo del Palmar en 1979.
7)
Consagra a Michel Fernández en
1981 siendo consagrado antes, también, por un obispo del Palmar en 1979. El P.
Barbara advierte que Kozik y Fernández deben ser considerados apóstatas. Además,
fueron ordenados sacerdotes tres veces, la primera por Jean Laborie obispo
viejo-católico, la segunda por André Enos obispo viejo-católico, la tercera vez
por un obispo del Palmar antes de su primera consagración episcopal.
8)
Consagra a un viejo-católico “obispo-abad”
de la “Unión de las Pequeñas Iglesias Católicas” Christian Datessen el 25 de
septiembre de 1982, habiendo sido anteriormente consagrado por Enos el 10 de
septiembre de 1981.
9)
Todas estas consagraciones sin
contar las de Pierre Salle, Jean Olivieres de Mamistra, Patrick Broucke de
Tralles, Philippe Miguet y Michel Main por si fuera poco.
El P. Barbará dice sobre la consagración
hecha a Comte de Labat d' Arnoux
que era sólo uno de los muchos apóstatas de la Iglesia Católica que se
convirtieron en obispos thucistas; otra de las cuales fue la de Jean Laborie de
quien el P. Cekada dijo: “elevó al episcopado (por
enésima vez) a Jean Laborie, jefe de una secta cismática de los
'viejo-católicos', la 'Iglesia Latina de Toulouse'. También ordenó a otro ‘viejo-católico’
de Marsella llamado García, y a un ex convicto llamado Arbinet que luego llegó
a ser 'obispo' del Palmar”. El
P. Cekada en 1980 no duda además en tildar de iglesia cismática a la secta
Monte San Miguel de Spokane en Washington, de donde proviene Mark Pivarunas,
consagrado “obispo” por Carmona y quien a su vez consagró al P. Dolan.
Por si fuera poco, además del llamado fiasco
del Palmar, como calificó todo el proceder de Mons. Thuc con las consagraciones
que hizo allí, tenemos de postre la consagración de Christian Marie Datessen
que era un obispo viejo-católico, consagrado el 10 de septiembre de 1981 por
André Enos, que a su vez era un sacerdote apóstata que dejó la Iglesia en 1950
y se convirtió en obispo de una secta conocida como Santa Iglesia Viejo-católica
fundada en 1955 por Charles Brearley. Y el 25 de setiembre de 1982, Datessen
fue consagrado nuevamente por Mons. Thuc.
El P. Barbará afirma que hubo muchos otros
no-católicos o apóstatas de la Iglesia que fueron hechos obispos
thucistas: "Claude Nanta, Pierre Salle, Jean Oliveres de Mamistra, Patrick
Broucke de Tralles, Philippe Miguet, Michel Main”.
3.
Las clandestinas consagraciones
del P. Guérard des Lauriers en 1981 y al año siguiente de P. Zamora y el P. Carmona
en 1982, en sus últimos años. Que fueron las únicas prácticamente que no fueron
hechas a cismáticos o herejes y que dado el renombre del P. Guérard des
Lauriers le dio respaldo a todo el desastre que en materia de consagraciones
Mons. Thuc venia prodigando y empezaron a ser bien vistas.
4.
Declaraciones contrarias:
1)
Se arrepiente después de lo del
Palmar de Troya pidiendo perdón al que según la bilocación era el supuesto
sosías. Cabe entonces preguntarse ¿qué pasó con la veracidad de la supuesta
aparición de la Virgen y también de la bilocación del “verdadero Pablo VI”
aprobando las consagraciones?, que lo llevaron consagrar.
2)
Después, volviendo a sus
andanzas, consagrando nuevamente y habiendo pedido perdón al que consideraba un
sosías en 1976 por las consagraciones del Palmar, declara el 25 de febrero de
1982 que está la Sede Vacante y la Nueva Misa es inválida; ¿en qué queda
entonces el perdón que pidió a Roma y al Papa?
3)
En Carthage el 11 de julio de 1984
renunció a su declaración del 25 de febrero de 1982, declara su arrepentimiento
y de nuevo pide perdón al “Papa” poco antes de morir, reconociendo a Juan Pablo
II como legítimo y verdadero Papa y aceptando el Concilio Vaticano II y la
Nueva Misa.
El P. Sanborn no dejó de calificar a Mons.
Ngo Dinh Thuc de “raro” concluyendo
que había tres explicaciones; dos de estas eran insania y senilidad, la tercera
credulidad. El mismo P. Sanborn es el que trae a colación el asunto, diciéndole
a los sacerdotes de la Sociedad S. Pío V, que un sacerdote vietnamita que se
encontró y habló con él y dijo “que
Monseñor Thuc entraba y salía de su estado de lucidez”. Además, de afirmar que sus
consagraciones eran dudosas, concluye que no se podía probar la validez de las
consagraciones e incluso si se pudieran probar, “no podríamos tener nada que ver con los obispos thucistas, porque eran
muy sórdidos”.
Sobre este tema de la lucidez mental de
Mons, Thuc, el P. Cekada señaló que Mons. Lefebvre, quien conocía a Mons Thuc,
observó que “él nunca se había recuperado
de la muerte de sus hermanos”. Esto puede ser el posible origen de tanto
desvarío.
Por si esto fuera poco, tenemos la respuesta
desconcertante de Mons. Thuc, no sólo por el error teológico en que se basa, sino
por lo descabellado de la justificación que pretende hacer para excusarse por la
concelebración de la Nueva Misa el Jueves Santo del 15 de abril de1981 que hizo
con Barthe, el obispo modernista de Toulon, y el P. Cekada relata el hecho: “El autor explica: él dijo que era porque
ese día no podía celebrar solo… Sucede que fue una falsa concelebración, porque
dijo que no recibió la comunión. Porque, cuando un sacerdote no comulga, no hay
Misa”. Aunque es un error teológico considerar la comunión del celebrante
esencial para que haya Misa, con semejante respuesta, es peor el remedio que la
enfermedad, pues muestra que es capaz de efectuar un rito sacramental, a
sabiendas de que es inválido. Esto solo es desconcertante en sí mismo y abre
una gran incógnita sobre su sano juicio o peor aún que es capaz con plena
lucidez mental realizar un rito sacramental invalido sin ser loco.
¿Quién en su sano juicio no va a dudar positivamente del
estado mental de Mons. Ngo Dinh Thuc, después de conocer estos hechos? O peor
aún que con plena cordura es capaz de realizar un sacramento inválidamente. La
duda (positiva) se plantea en sí misma y por sí misma, dados los mismos hechos
y no hacen falta de otra parte, ni certificados de médicos, ni de testimonios
de testigos, pues el mayor testimonio, son esos hechos en sí mismos, y no lo que
personas, calificadas o no sobre la materia, puedan decir sobre ellos,
considerando además que algunos de los testigos son sus cómplices. En
conclusión Mons. Thuc no es fiable en ninguno de los casos, sea que estuviera
falto de cordura sea que fuera cuerdo y lucido, con el agravante en este caso,
irrefutable, de ser capaz de realizar ceremonias sacramentales invalidas a
sabiendas y con plena lucidez y conciencia.
Es un hecho que el P. Barbara, el P. Sanborn y el P. Cekada, por nombrar a los que después
por conveniencia cambiaron de opinión, cuestionaron el estado mental de Mons.
Thuc, y la razón por la cual cambiaron parece ser, como el mismo P. Barbara
dijo: “es necesario romper el monopolio de los obispos
lefebvristas”.
El P. Sanborn dice a su vez (como cualquier liberal) para
justificar su nueva postura aceptando la línea de Mons. Thuc: “Esta necesidad es tan grande que cualquier
mal circunstancial puede ser tolerado en orden al fin”. Esto dicho es como
admitir que el fin justifica los medios aunque sean malos, así no duda en
concluir diciendo: “El punto principal es
que sea lo que sea lo que haya que tolerar en cualquier asociación, próxima o
remota, con Mons. Thuc, es justificable por la razón correspondiente de tener
que sobrevivir”, ¡vaya tradicionalista antimodernista tenemos !.
El P. Cekada decía antes de cambiar su postura: “Las acciones de Mons. Thuc de 1975 en
adelante no inspiran mucha confianza en su juicio y su prudencia: el asunto del
Palmar, las promesas hechas y las promesas rotas al Vaticano, la implicación de
‘viejos católicos’, concelebrando la Nueva Misa mientras afirmaba que realmente
no lo era … Si bien todo el mundo tiene derecho a unos pocos errores, uno se ve
obligado a decir que los hechos por Mons. Thuc eran muy graves objetivamente,
eran inexcusables, especialmente para un obispo con gran experiencia pastoral y
un brillante transfondo académico en teología, filosofía y derecho canónico”. Para
colmo el P. Cekada dando a entender como uno de los motivos de este
desbarajuste dice: “Mons. Lefebvre, que
conocía a Mons. Thuc, observó que nunca se recuperó de la muerte de sus
hermanos”.
Hace falta no estar del todo cuerdo para no darse cuenta de que
las consagraciones de Mons. Thuc son dudosas real, objetiva y positivamente.
Qué es todo esto sino una gran locura, o un cuento de locos.
Pues como dijo el P. Cekada con gran lucidez antes de torcerse: “¿Podemos realmente tomar todo esto en serio
y suponer que los ‘obispos’ que involucraban este tipo de marchas son el futuro
de la Iglesia?”.
Cómo no caer en una especie de secta con Misa tradicional y
apariencias antimodernistas y tradicionalistas, si el mismo P. Cekada, en sus
buenos momentos llegó a decir: “Lo que es
mucho más grave, sin embargo, es que estos hombres afirman que son la ‘única
autoridad legítima’ de la Iglesia Católica y que los católicos están
‘obligados’ a obedecerlos a ellos. Además, ellos pretenden excluir de la
Iglesia Católica a aquellos sacerdotes y laicos tradicionales que se niegan a
reconocer su ‘autoridad’ -algo que ninguna organización tradicional que conozcamos
se presume de hacer-. Al hacer tales afirmaciones, estos obispos’ han creado su
propia religión, con su propio ‘Magisterio’, su propia ‘jerarquía Episcopal’, y
sus propias creencias. Es una nueva religión, a pesar de sus adornos, -y todas
sus ‘consagraciones episcopales’- importantes autoproclamaciones y reivindicaciones
exageradas de su ‘autoridad canónica’, no pueden ser realizadas en la religión
católica. Esto es por lo menos el proceso de creación de lo que seguramente llegará
a ser una secta cismática”. Más claro ni el agua.
P. Basilio Méramo
Bogotá, 11 de Marzo de
2018
NOTA: La fuente de todas las citas del presente escrito, están en
el artículo del P. Cekada “Dos Obispos en cada Garaje” que está inserto como
apéndice al final del libro “Lo sagrado y lo Profano” del P. Kelly (que ilustra
también todo este tema), que puede consultarse completo en este enlace:
http://www.meramo.net/AmigosdeMeramo/Articulos_files/SacredandProfane.pdf y en el resumen sobre “El
estado mental de M. Thuc” escrito por el P. Kelly también y publicado en el
blog Sursum Corda., el cual se puede ver igualmente en este enlace:
http://www.meramo.net/AmigosdeMeramo/Articulos_files/Edomental.pdf
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