ANTIMILENARISTA A LO BESTIA
PERO CON BACULO Y MITRA
Por lo que parece, Monseñor Faure no desaprovecha la ocasión para destilar toda su
tirria contra el milenarismo así venga fuera de contexto, total ¡qué más da!, lo
importante es arremeter contra cualquier atisbo de milenarismo sin distinguir el
Milenarismo Patrístico del milenarismo carnalizado-judeo-cabalístico, y hay que
combatir el milenarismo, eso lo justifica todo. Lo peor es que no distingue ni quiere
hacerlo, porque no le interesa la verdad, ya que va en contra de sus convicciones
triunfalistas y restauracionistas por las solas fuerzas del hombre. Se trata de un
triunfalismo restauracionista carnal y si se quiere hasta judaico, aunque con mitra. Si
no, ¿a cuento de qué?, en su Boletín del Seminario n° 5, después de citar una carta de
San Basilio el Grande, hace le siguiente observación: “San Basilio no cayó por ello en el
milenarismo...”, como si el milenarismo fuese algo ‘malo y erróneo’; algo en sí mismo
‘condenado o condenable’.
De sabios es distinguir para poder ordenar. Hablar contra del milenarismo sin
distinciones es lo propio de la ignorancia sobre el tema y como se sabe, la ignorancia es
atrevida, aunque venga envasada con capa y mitra.
Emulando a Iriarte: Aunque se vista de seda/la mona, mona queda. /El refrán lo dice así;/yo
también lo diré aquí,/y con eso lo verán/ en fábula y en refrán.../...Viose la “señora mía”/en
la amable compañía/de tanta mona desnuda;/y cada cual la saluda/como un alto
personaje,/admirándose del traje,/y suponiendo sería/mucha la sabiduría/ingenio y tino
mental/del petrimetre animal...
El Milenarismo Patrístico fue doctrina común en la Iglesia Primitiva durante los cuatro
o cinco primeros siglos. Por eso tenemos a San Juan Apóstol y sus discípulos San
Papías y San Policarpo, a San Irineo discípulo de este último, por nombrar una línea
ininterrumpida desde la era apostólica.
Los enemigos de San Juan como Cerinto y su sucesor Ebión eran gnósticos herejes,
negaban la divinidad de Cristo, corrompieron el milenarismo carnalizandolo y
judaizándolo. Más tarde aparecieron otros herejes que igualmente negaban la
divinidad de Cristo, tales como Cayo y Orígenes que no aceptaban el Apocalipsis
como libro inspirado ni escrito por San Juan, y para anularlo se lo atribuyen de
remate a Cerinto. Luego esto invita a reflexionar y distinguir al tratar sobre el tema si
no se quiere pecar de ignorancia o de maldad o lo que aún es peor: de las dos cosas
juntas.
Citaré unos pasajes del P. Castellani (por cierto que odiado a “la francesa” por Mons.
Faure) que nos dan luz al respecto de los antimilenaristas incluido nuestro “perlado”
en cuestión.
En primer lugar conviene recordar lo que dice el P. Castellani después de hablar sobre
el milenarismo carnal y condenado por la Iglesia:“El milenismo espiritual por el contrario
no ha sido condenado, ni jamás lo será: la Iglesia no va a serruchar la rama donde está sentada;
es decir, la Tradición”. (La Iglesia Patrística y la Parusía, ed. Paulinas, Buenos Aires
1962, p. 350).
Recalcando más adelante: “Dije arriba que la Iglesia nunca condenará el milenismo
espiritual; y aquí mis razones: La Iglesia enseña que las dos fuentes de la doctrina revelada son la
Escritura y la Tradición. La tradición de la Iglesia Primitiva (la más importante de todas)
durante cuatro siglos por lo menos ha sido milenista. Aunque fuese una tradición “dudosa”
(como dicen y no parece) la Iglesia Romana no se arriesgaría a condenarla; incluso por simple
“política”; quiero decir, buen gobierno. Condenarla sería como guadañarse los pies queriendo
guadañar la cizaña”. (Ibídem, p.352).
Para decir poco más adelante y que le viene de perlas al “perlado” de marras: “Un
último punto curioso deseo brevemente revelar: muchos de los actuales alegoristas, si no todos, son
en el fondo milenistas carnales. En efecto, negando el postparusíaco Reino de Cristo, se ven
obligados a poner el cumplimiento de las profecías en un gran triunfo temporal de la Iglesia antes
de la Segunda Venida; o sea, en una ‘Nueva Edad Media’ (ver Berdiaeff y también R. H. Benson
en ‘The Dawn of All’) con el Papa como Monarca Temporal Universal, comandando ejércitos de
alegres ‘jocistas’ en bicicleta y camisetas sport... Coinciden con el sueño de la Sinagoga antes de
la Primera Venida. Coinciden también helás con la extraña visión del milenismo ateo de Carlos
Marx; no menos que con las barrocas promesas de la muy extendida secta protestante judaizante
llamada en Norteamérica ‘la Nueva Dispensación’. Son todos pájaros de la misma pluma”.
(Ibídem, p.353).
¡Pobres seminaristas! ¡en manos de quien están para ser formados! Pues como bien
dice el P. Castellani: “Pero ¿qué cosa más judaizante que esperar un gran triunfo terreno de la
Iglesia antes de la Segunda Venida de Cristo? (...) El actual socialismo comunista, por ejemplo,
es netamente milenista carnal (y ateo), es decir ‘judaizante’”. (El Apokalipsis, ed. Paulinas,
Buenos Aires 1963, p. 87).
Este es el triunfo que tanto esperan los obispos de la supuesta Resistencia,
carnalizando la profecía de Fátima y el Triunfo de su Inmaculado Corazón.
P. Basilio Méramo
Bogotá, 18 de Marzo de 2017