lunes, 19 de marzo de 2018

Extraño pensamiento de un supuesto tradicionalista, y su cerebro gris: el padre Guérard des Lauriers


EXTRAÑO PENSAMIENTO DE UN SUPUESTO TRADICIONALISTA Y SU CEREBRO GRIS EL P. GUÉRARD DES LAURIERS                                                                                                                                    UN                                                                                      
¿De quién se trata? De Monseñor Ngo Dinh Thuc, por asombroso que parezca.

Sobre los no católicos dice el artículo aparecido en Sursum Corda (blog desaparecido por presiones de los sacerdotes thucistas de Vedia -  Argentina), “El estado Mental” de Mons, Ngo Dinh Thuc; extraído del Libro “Lo Sacro y lo Profano” del P. Kelly y basado en lo que dijera el P. Cekada antes de cambiar de posición.
Veamos algunos pasajes y citaciones al respecto que revelan el perfil de un Mons. Thuc muy distinto del que se nos ha presentado y que no son los de un paladín de la Tradición Católica.
Sobre su actuación en el Concilio Vaticano II.
“Asistió al Concilio Vaticano II y pronunció un discurso ante los Padres del Concilio el 30 de septiembre de 1963. Habló sobre el tema de ‘la Iglesia’. El ‘Diario del Concilio’ brinda un resumen de lo que dijo, que revela sus tendencias liberales: ‘El Arzobispo Ngo Dinh Thuc, hermano del presidente de Vietnam, Ngo Dinh Diem, se quejó de que el esquema no proporcionaba una adecuada presentación de la Iglesia para los no cristianos. El resultado, dijo, es que la Iglesia seguirá siendo, para los no cristianos, un organismo casi ininteligible. Hizo una fuerte recomendación para que los jefes de las religiones no cristianas fuesen invitados al Concilio como observadores’. Council Daybook, Vatican II, Sessions I & 2, Washington, D.C., National Catholic Welfare Conference, 1965, p. 151”.
Más adelante leemos en misma publicación de Sursum Corda en el artículo del P. Kelly donde afirma sobre el mismo tema: El obispo Gilles Barthe era obispo del Novus Ordo de Fréjus-Toulon. El arzobispo Thuc se estableció en su diócesis un tiempo después del fiasco del Palmar en España. El obispo Gilles aparentemente recibió al arzobispo Thuc con cierta benevolencia. Y mientras estuvo en la diócesis era costumbre del arzobispo Thuc concelebrar la Nueva Misa con Barthe los Jueves Santos. Thuc también regularmente asistía a la Nueva Misa. Porque, contrariamente al mito que ha sido creado por los defensores de las consagraciones de Thuc, el arzobispo Thuc era realmente un obispo muy liberal del Novus Ordo. Sus intervenciones en el Vaticano II muestran que era un liberal y sus memorias muestran que era un modernista.
En el concilio declaró que estaba muy consolado por la presencia de los protestantes. Pero al mismo tiempo dijo que era un ‘escándalo ante todo el mundo’ que ‘los jefes de las religiones no cristianas’ no hubieran sido invitados. Mientras él hablaba, el arzobispo de Diamantina le indicó que aquéllos habían sido, de hecho, invitados. Entonces Thuc se disculpó diciendo: ‘He tratado de abrir una puerta que ya estaba abierta’.
No es, por lo tanto, sorprendente que el arzobispo Thuc concelebrara la Nueva Misa con el obispo Barthe tres semanas antes de la consagración del P. Guérard des Lauriers. Esto sucedió el Jueves Santo 15 de abril de 1981. Consagró al P. des Lauriers en mayo. Cinco meses después Thuc consagró a los padres Carmona y Zamora. Luego, el 24 de enero de 1982, el obispo Barthe publicó una declaración cuestionando la validez de las consagraciones de Guérard des Lauriers, Carmona y Zamora. Mencionaba el estado mental de Thuc como una de sus razones para cuestionar la validez de las consagraciones. Su declaración fue publicada en ‘La Documentation Catholique’, nº 1824, del 21 de febrero de 1982”.
A propósito de su posición sobre las mujeres en la Liturgia, Monseñor Thuc hizo esta extraña proposición:
“... me parece algo extraordinario que en el esquema concerniente al pueblo de Dios, no está hecha una mención expresa a las mujeres, por lo que la Iglesia parece totalmente masculina, mientras que la realidad es muy diferente. ¿Acaso las mujeres no constituyen la mayor parte de los laicos, incluso de la humanidad? ¿No es así que las mujeres sufren muchas prescripciones eclesiásticas molestísimas e injustas? Por supuesto que bien sé que la Iglesia tuvo que comportarse así para no ofender a los prejuicios de esas edades. Así, San Pablo impuso el velo sobre las mujeres en la Iglesia, no sea que disgusten a los Ángeles. Entonces, ¿por qué los hombres deben entrar con orgullo en la Iglesia, descubiertos, que es contrario a la costumbre de los clérigos hoy en día, tanto en Occidente como en Oriente?
De la misma manera, el silencio se impone a las mujeres, mientras que en los muros de esta basílica resonaron recientemente a las voces de los Padres. Así que, las monjas deben obtener el permiso de las Iglesias para lavar los lienzos sagrados. Y además esta injusta discriminación aparece aquí y ahora en esta sala conciliar... ¿ por qué es que en nuestra era atómica, cuando casi en todas partes del mundo las mujeres han obtenido la igualdad jurídica con los hombres, es sólo en la Iglesia de Cristo que todavía sufren estas discriminaciones perjudiciales... Busco ansiosamente... que estas discriminaciones contra el sexo más valeroso sean erradicadas. Por último, le agradeceré a aquel que me pueda presentar con un texto llano apodíctico del evangelio, que excluya a las hermanas de la Santísima Virgen María de las funciones sagradas”. (Acta Synodalia Vaticani II, Vol. 2, parte 3, p. 513)”.

Sobre sus ambiciones de poder y de canonjías.

“El autor Hilaire du Berrier señala que en 1955, el Primado de Saigón se quedó vacante, y Mons. Ngo, el hermano de Diem, quien por entonces tenía una fuerza poderosa en la política vietnamita, trató de asegurar el nombramiento para él: el siguiente movimiento de Diem fue pedir el capelo cardenalicio para su hermano.
La reacción a esa petición fue destacada por Francia-Soir del 26 de octubre, dos días después del amañado plebiscito: ‘La única sombra en la escena para el Sr. Diem, es paradójicamente la actitud del Vaticano’. El Vaticano acaba de nombrar obispo de Saigón, no el candidato del Sr. Diem, que es su propio hermano Mons. Thuc, sino un sacerdote desconocido llamado Hien (...) Diem protestó y Monseñor Thuc abordó un avión para Roma.
Francia-Soir del 29 de diciembre de 1955, contó cómo, mientras esperaba el resultado de la apelación directa de Thuc al Vaticano para anular el nombramiento de Hien, la orden papal nombrando a Hien Vicario Apostólico de Saigón fue retenida por las autoridades postales de Diem, su sello roto, y la orden papal fotocopiada. ‘El Vaticano mantuvo su decisión’, escribió France-Soir, ‘y los censores vietnamitas suspendieron el anuncio de la elevación de Hien durante varias semanas, hasta que los sacerdotes anunciaron la noticia en los púlpitos de Meir y el mismo Hien usó la palabra excomunión en relación con Diem’ ”. (Dos Obispos en cada Garaje).

Sobre su ambición Papal.

“El Sr. du Berrier cita un interesante artículo de Georges Menant en París Match (23 de noviembre de 1963) que habla de cómo se dividió el poder en la familia Ngo y de lo que se decía que eran las ambiciones de Mons. Ngo en la Iglesia: ‘para Diem fue el poder, escribió el Señor Menant, para Nhu la policía, … a Luyen la diplomacia y el tráfico de arroz. La religión era el dominio de Thuc, el arzobispo, con sus vastas tierras y residencias personales rodeadas de baterías antiaéreas. Pero el capelo cardenalicio no estaba exento de la ambición de Thuc. Monseñor Thuc pretende convertirse en Papa. Nada menos.
Es costumbre del Vaticano elegir al Sumo Pontífice de entre los prelados de un país donde la mayoría católica es absoluta. Es por eso que Diem publicó estadísticas oficiales fingiendo que Vietnam era 70% católico, 20% budista y 10% diversas sectas.
La reclamación podría haber continuado si una delegación apostólica no hubiera llegado a la escena en medio de una celebración budista, y dicho delegado observó que, en su opinión, teniendo en cuenta la presencia budista a lo largo de la ruta, la cifra del 70 por ciento debería aplicarse a los fieles de las pagodas. Diem estaba furioso...”. (Dos Obispos en cada Garaje).  Todo esto lo dijo y escribió el P. Cekada, no lo olvidemos.

Sobre su tendencia comerciante.

“El P. Cekada también indica que el arzobispo Thuc tenía algo de un astuto hombre de negocios. Hay que recordar, sin embargo, que está prohibido a los clérigos, de acuerdo con el canon 142, ocuparse de negocios tanto personalmente como a través de otros, tanto para su propio beneficio como para el de otros. El P. Cekada cita a tal efecto el libro de Hilaire du Berrier, ‘Background to Betrayal. The Tragedy of Vietnam’ [Antecedentes de la Traición. La Tragedia de Vietnam]: ‘El Arzobispo Thuc... se repuso de su decepción por no haber recibido la diócesis de Saigón, y se metió con gusto en negocios, comprando casas de departamentos, almacenes, plantaciones de caucho y concesiones de madera. Cuando Thuc ponía sus ojos en alguna propiedad, los demás ofertantes desaparecían prudentemente... Los soldados, en vez de construir defensas, eran puestos a trabajar cortando madera para que el hermano Thuc la vendiera. Camiones y mano de obra del Ejército eran utilizados para construir edificios para él. Un comerciante de Saigón observó: ‘Como un hermano de Diem que era, sus pedidos [de Mons. Ngo] de donaciones sonaban como avisos de impuestos’ ”. 

Esto es, entre otras cosas, lo que el Padre Guérard des Lauriers, gracias a su prestigio y fama de teólogo, logró que se eclipsara sin que se manifestara lo que realmente era Mons. Ngo Dinh Thuc, ya que por los hechos se ve que era más un liberal modernista que un integérrimo tradicionalista como han pretendido pintárnoslo, al punto de llegar al desvarío total de parte de los thucistas, de hacer creer a los fieles que es la garantía única y exclusiva de la verdadera Tradición Católica y considerar a Mons. Lefebvre (el verdadero Atanasio del siglo XX) como un hereje, pues es lo que está afirmado en el libro “Misterio de Iniquidad” y cuyo prefacio es del P. Dolan en calidad de obispo thucista, en los siguientes términos: “Los enemigos denunciados sin cesar por San Pío X han pues continuado su trabajo de zapa modificando de una edición a otra los textos de la Verdad. No hay que sorprenderse que sacerdotes o monjes de edad hayan ya recibido una enseñanza falsa desde su formación religiosa. Tomemos un ejemplo, entre tantos otros: el rector del seminario francés en Roma, el padre Le Floch. Este profesor de seminario totalmente hereje, tenía por divisa reducir lo más posible la infalibilidad papal. Afirmaba en 1926: ‘La herejía que viene será la más peligrosa de todas; ella consiste en la exageración del respeto debido al Papa y la extensión ilegítima de su infalibilidad’. El P. Le Floch tuvo por alumno a un seminarista que llegaría a hablar de él más tarde: Mons. Marcel Lefebvre…”. Habría que ser un idiota útil o un canalla para decir esto sobre todo habiendo recibido de Mons. Lefebvre la ordenación sacerdotal.
Este es el punto crucial, pues se trata de la herejía que estamos viviendo hoy, y que es encabezada por el Vaticano II y Roma Apóstata; es un hecho.
Esto llevó a Mons. Lefebvre a decir que la visibilidad de la Iglesia no estaba en la Iglesia oficial: Esta historia de Iglesia visible de Don Gérard y del Sr. Madirán es infantil. Es increíble que se pueda hablar de Iglesia visible en relación a la Iglesia conciliar y en oposición con la Iglesia Católica que nosotros intentamos representar y seguir. No digo que seamos la Iglesia Católica. Nunca lo he dicho. Nadie puede acusarme de haber querido tomarme por un Papa. Pero, nosotros representamos de verdad la Iglesia Católica tal como era antes, puesto que seguimos eso que siempre ha hecho. Somos nosotros quienes tenemos las notas de la Iglesia visible: la unidad, la catolicidad, la apostolicidad, la santidad. Es eso lo que constituye la Iglesia visible”. (Fideliter n° 70, julio-agosto de 1989).
“No somos nosotros, sino los modernistas quienes salen de la Iglesia. En cuanto a decir ‘salir de la Iglesia visible’, es equivocarse asimilando Iglesia oficial a la Iglesia visible”. (Fideliter n° 66, noviembre-diciembre de 1988).
Es éste uno de los textos más importante de Mons. Lefebvre, incluso en sí mismo más importante que si hubiera declarado la Sede Vacante.  Y para remate, como afirmó Mons. Lefebvre: “Queda claro que somos nosotros quienes conservamos la unidad de la fe que desapareció en la Iglesia Oficial”. (Fideliter n° 66, noviembre-diciembre de 1988).
Esto es lo que no han entendido, ni aún los sucesores de Mons. Lefebvre y muchos miembros de la Fraternidad que piensan igual que los sedevacantistas viscerales, que un Papa legítimo canónicamente electo, no pueda claudicar en la fe; así es que los extremos se unen, tanto los sedevacantistas viscerales, como los antisedevacantistas  parten del mismo principio equivocado y esto ha sido en contra de lo que sostuvo siempre toda la teología de la Iglesia, hasta que llegó el único que rompió la concepción teológica, que fue Pighi 1490-1592 (que es citado en dicho libro tomándolo como principio y fundamento teológico en el que sustentan su posición), el cual ya había sido señalado por San Alfonso María de Ligorio ubicándolo en el error extremo y opuesto al de Lutero y Calvino.
Pighi ya fue rebatido por uno de los grandes teólogos del Concilio de Trento, Melchor Cano, por su novedad sin fundamento y en contra de la teología.
El principio de que un Papa podía defeccionar en la fe, había sido reconocido por todos los teólogos medievales y también por los Papas San León II 682-683, Adriano II 867-872, Inocencio III 1198-1216, los Concilios Ecuménicos VI (III de Constantinopla, 680-681), VII (II de Nicea, 787) y VIII (IV de Constantinopla, 869). El Papa Inocencio III dijo: “En cuanto que la fe me es necesaria, y si bien sólo tengo por juez a Dios por los demás pecados, sólo por el pecado cometido contra la fe puede la Iglesia juzgarme”. El Papa Adriano II leyó la frase de San Bonifacio (que está en los Decretales de Graciano): “Las culpas del Papa ningún mortal presuma redargüirle, porque todos juntos son por él juzgados y de nadie es él juzgado, salvo que se le sorprenda desviado de la fe”. Esta es la cabal y correcta inteligencia del adagio canónico: Prima Sede a nemine iudicatur, la primera Sede por nadie puede ser juzgada.
Los canonistas dicen:
Prümer en su manual de Iure Canonici: “Por la herejía cierta y notoria, el Papa pierde su potestad, los autores sin duda conjuntamente dicen”.
Regatillo en su Institutiones Iuris Canonici dando los motivos por los cuales un Papa puede perder el pontificado, dice: “A causa de la herejía pública y notoria ipso facto, es la sentencia más común, porque no es miembro de la Iglesia, luego menos puede ser su cabeza”.
Naz en el Tratado de Derecho Canónico, que tiene además como autores que a Clereq,  Lefebvre, Claeys  Bouvaert y Jombart, referente a la cesación del poder pontifical comentando el Canon 221, dice: “Además el poder del Papa cesaría como resultado de la demencia perpetua o la herejía formal. En el primero de los casos, el Papa, siendo incapaz de hacer un acto humano, sería por consecuencia incapaz de ejercer su jurisdicción. La ayuda de un Vicario no podría suplirlo, porque la infalibilidad y la primacía de jurisdicción no pueden ser delegadas. El segundo caso, según la doctrina, la más común, es teóricamente posible, por cuanto que el Papa obraría como doctor privado.  Dado que la Sede suprema no es juzgada por nadie (Can.1556), habría que concluir, por el hecho mismo y sin sentencia declaratoria, el Papa sería destronado. No hay de otra parte ejemplo, en la historia eclesiástica, que un verdadero Papa haya caído en la herejía formal, incluso en cuanto doctor privado”. Aunque según el autor no ha habido un caso tal en la historia, lo importante es que aun así y a pesar de todo admite el principio teológico y jurídico de que el Papa puede perder el pontificado por herejía formal.
Coronata en su Tratado de Institutiones Iurici Canonici también dice que se pierde el Pontificado por herejía notoria.
Vermeersch en Epítome Iuris Canonici, sobre la pérdida del pontificado, dice: “Cesa la potestad del Romano Pontífice por la muerte, renuncia libre y por la demencia cierta y perpetua, y por la herejía notoria”.
Entonces queda claro que jurídicamente y basados en la teología, para todos estos autores, un Papa pierde el pontificado por la herejía formal. Esto es lo que no aceptan tanto los sedevacantistas dogmático – viscerales (todos los thucistas incluido Guérard des Lauriers que ha inventado la tesis del Papa material y formal basado en una mediocre metafísica) como los antisedevacantistas (la actual cúpula y gran parte de sus o que fueron miembros de la Fraternidad San Pío X y que salieron.
El P. Guérard des Lauriers, siendo el responsable principal de todas las acusaciones de parte del Sedevacantismo bruto y duro, que nada tiene que ver con el único Sedevacantismo verdadero como conclusión teológica (y no como dogma de fe) cierta y evidente para los entendidos -quoad sapientes- (no para todos -non quoad ommibus-), dice denigrando de Mons. Lefebvre: “Ahora bien, actualmente, los únicos Obispos de los cuales es seguro que forman parte de la Iglesia militante (Cuerpo Místico de Cristo subsistente en la tierra) son aquellos que ‘proceden’ de Mons. Ngo-Dinh-Thuc; en efecto, ellos son unánimes (a diferencia de Mons. Lefebvre y de Mons. de Castro Mayer) en afirmar la vacancia al menos formal de la Sede”.
“Desde hace diez años por lo menos, se enseña en Ecône, se repite e impone a los fieles de los prioratos, y a los niños (inocentes y sin defensa) que frecuentan las escuelas dirigidas por la Fraternidad San Pío X, que el Magisterio es infalible solamente si el Papa habla ‘ex cathedra’. Esto equivale a negar la infalibilidad del Magisterio Ordinario Universal, la cual es sin embargo afirmada por toda la Tradición, particularmente por el Vaticano I I ”. Esta afirmación que le atribuye a Mons. Lefebvre es absolutamente falsa, y parte de la confusión que tiene el P. Guérard (y con él todos los sedevacantistas viscerales) del Magisterio Extraordinario del Papa sólo y del Magisterio Ordinario Universal de la Iglesia que no es del Papa sólo sino de Toda la Iglesia docente, es decir de todos los obispos incluido el Papa cuya cabeza es de todos, lo cual es un error garrafal e imperdonable en un hombre de Iglesia.
Y el P. Guérard continúa con sus ataques viscerales a Mons. Lefebvre diciendo: “La Misa tradicional tal como la celebran Mons. Lefebvre y los sacerdotes ordenados por él, esa Misa celebrada una cum Wojtyla, está, quiera lo que quiera el celebrante, objetivamente manchada por una doble impureza que resulta del sacrilegio y cisma capital. La Misa perpetuada por la “Fraternidad San Pío X” no es, no puede ser, la Oblatio Munda”.
No puede haber equivocación mayor que esta afirmación y eso está en la raíz del error del sedevacantismo visceral y dogmatizante que considera hereje a todo el que no lo asuma según su exótica forma de pensar.
Más adelante en la misma entrevista, atribuye a Mons. Lefebvre su desenfreno, afirmando esto: “Si Mons. Lefebvre no hubiese profanado la Misa tradicional exigiendo que sea celebrada una cum Wojtyla, yo no hubiese siquiera soñado recibir, ni menos todavía conferir, el Episcopado”. Ignora el P. Guérard des Lauriers que aun el mismo P. Franz Schmidberger en su momento me dijo a mí, que el una cum se decía sub conditione (bajo condición) en la Fraternidad, cuando le manifesté clara y abiertamente que no se podía estar en comunión nombrando a un Papa que profesa la herejía y que además está en cisma (ruptura) con toda la Tradición de la Iglesia, cosa que hoy quizás no diría, pero eso ya es harina de otro costal; con lo cual se ve como el P. Guérard de Lauriers era un obseso compulsivo que le hervía la sangre fanáticamente que ni se le ocurría siquiera pensar que  podía haber un una cum  sub conditione, sea explícita o implícitamente.
Y para rematar, el P. Guérard des Lauriers afirma de manera delirante en su entrevista: Si con ocasión de una eventual Consagración Mons. Lefebvre no declarase públicamente el rechazo de su posición actual, e incluso si exteriormente no reafirmase (no) reconocer a Wojtyla como el Vicario de Jesucristo en acto; entonces, la duplicidad que emplea sistemáticamente exigiría temer el peor de los compromisos. Tales consagraciones estarían ordenadas, satánica y magistralmente, a asegurar mejor la integración [‘ralliement’] de la falange ‘tradicional’ en la ‘Iglesia oficial’”. Si esto se da ahora en la Neo-Fraternidad, es por la traición a los principios y la actitud liberal de la combinazione (o componenda), y no por las causas que señala el P. Guérard.
 (Textos tomados de la Entrevista al P. Guérard des Lauriers. Sodalitium.  https://www.sodalitiumpianum.it/entrevista-a-monsenor-guerard-des-lauriers/ )
Como puede observarse, hay un propósito sistemático de atacar la obra de Monseñor Lefebvre y demolerla desde el principio, como parte del complot y la persecución contra la verdadera Iglesia visible, pretendiendo suplantarla, erigiéndose como la verdadera Iglesia militante y desviar las almas al error y al abismo. El Gran Golpe Maestro de Satanás es doble: por la obediencia  llevar a la desobediencia (la falsa obediencia) y además dividir a la Tradición que reacciona y resiste. La línea espuria de Mons. Thuc desgraciada y desapercibidamente conduce y realiza eso, se den o no se den cuenta de ello, pero por los frutos podemos juzgar. Duele decirlo, pero el P. Guérard des Lauriers no pudo hacer mejor obra de autodemolición de la Tradición que impugnando la pureza en la celebración de la Misa de Mons. Lefebvre, que fue el adalid de su defensa y preservación; paradójicamente Mons. Lefebvre ha sido más virulentamente atacado por estos supuestos tradicionalistas, que por los mismos progresistas y modernistas. Si esto no es una obra satánica, díganme ¿qué es?
No hay que olvidar que el mismo P Cekada, antes de aliarse con el thucismo que él detestaba, ya decía: “… ¿Podemos realmente tomar todo esto en serio y suponer que los ‘obispos’ involucrados en este tipo de marchas son el futuro de la Iglesia? Imposible. Incluso para referirse a ellos como ‘obispos católicos tradicionales’ da demasiada respetabilidad a todo el negocio, que es, en opinión de este escritor, muy irrespetuoso de hecho”.
Y dos párrafos más adelante: “la historia no terminará aquí, es probable que los ‘obispos’ instantáneos continuarán multiplicándose exponencialmente, como entre los ‘viejos católicos’”. (Dos Obispos en cada Garaje).


P. Basilio Méramo
Bogotá, 19 de Marzo de 2018
En la Fiesta del Glorioso San José,
Patrono y Gran Protector de la Iglesia


 HECHOS QUE DAN MUCHO QUE PENSAR SOBRE LA CORDURA DE MONS. NGO DINH THUC.

Monseñor Ngo Dinh Thuc, un Obispo católico vietnamita, quien estando en Roma no pudo regresar nunca a su tierra natal a causa de la irrupción violenta del comunismo en Saigón y la muerte de toda su familia, incluido su hermano, entonces presidente de Vietnam. Estuvo en el Concilio Vaticano II y por algunas actuaciones, muchos lo tuvieron por “tradicionalista” y optó ya en su vejez por “consagrar” numerosos “obispos” en condiciones sumamente cuestionables y que dejan serias dudas sobre la validez de dichas consagraciones en razón de su estado mental y buen juicio. Veamos aquí algunos de esos hechos:
1.  Las ordenaciones y consagraciones del Palmar de Troya (el fiasco del Palmar como lo calificó en su momento el P. Cekada), realizadas por “mandato de la Virgen que así lo pidió en una aparición”, y además por una “bilocación” de Pablo VI supuestamente “preso en el Vaticano y suplantado por un sosías”, sumándole a ese evento los presuntos estigmas “recibidos a través del P. Pío” por Clemente Domínguez quien se autoproclamó más tarde como “Papa” con el nombre de Gregorio XVII.
El mismo P. Cekada antes de cambiar su posición, manifestó con cierta ironía, que cualquier otra persona (como dando a entender que cualquiera que estuviera bien de la cabeza o por lo menos con sentido común) se reiría. Así mismo, cuando Mons. Thuc dijo el 13 de enero de 1976 para justificar las consagraciones: “Hemos vuelto a los tiempos apostólicos en que los primeros Apóstoles se dedicaban a predicar y ordenar sin remitirse al primer Papa, San Pedro”, el P. Cekada dice irónicamente que “es posible que él se haya olvidado de la milagrosa bilocación de Pablo VI”. Y también de la “aparición de la Virgen” diríamos nosotros.
Lo antes afirmado se comprueba en los siguientes textos, dice el P. Cekada: “Poco antes de la Navidad de 1975, un sacerdote apareció en Arpino [en Italia, donde residía Mons. Thuc] sin haberse anunciado. Mons. Thuc refiere sus palabras: ‘su Excelencia [dijo el sacerdote] la sagrada Virgen me envió para llevarlo a usted de inmediato a España, para hacerle a Ella un servicio. Mi auto lo espera en la puerta de la rectoría partiremos en seguida para estar allí en Navidad’. Pasmado por esta invitación, le dije: ‘si es un servicio pedido por la Santísima Virgen, estoy dispuesto a seguirlo a usted hasta el fin del mundo…’ ”.
El P. Cekada comentando este hecho dice:"Detengámonos un momento para considerar lo que el Sr. Domínguez estaba diciendo: La Santísima Virgen y Pablo VI (por ‘bilocación’) le decían ambos a un obispo católico que debía ordenar a unos laicos al sacerdocio (a quienes recién acababa de conocer y que no habían hecho estudios eclesiásticos) y luego consagrarlos obispos, todo en un lapso de tres semanas. Donde cualquier otro se hubiera reído a carcajadas rechazando esa propuesta como un absurdo, Mons. Thuc mostró una verdaderamente colosal falta de sentido común y aceptó”.
2.    Consagraciones de cismáticos y de herejes veterocatólicos (viejos católicos) de Toulouse, Marsella y además sin que nunca se haya sabido que mediara abjuración al respecto para colmo.

1)    Consagra a Comte de Labat d’Arnoux el 10 de julio de 1976, un hereje y un apóstata, según el P. Barbara. 
2)    Consagra a un viejo-católico de Toulouse Jean Laborie el 8 de febrero de 1977 que además según el P. Barbara es un conocido homosexual y que fue consagrado al menos tres veces y posiblemente hasta cinco veces. El P. Cekada por esto dice: “elevó al pontificado (por enésima vez) a Jean Laborie, jefe de la secta cismática de los Viejos-católicos, la Iglesia Latina de Toulouse”.
3)    Consagra a Claude Nanta el 19 de Marzo de 1977.
4) Consagra a García viejo-católico de Marsella.
5)    Consagra a un ex convicto, Arbinet que llega a ser obispo del Palmar de Troya.
6)    Consagra a Roger Kozik en1981 habiendo sido consagrado antes por un obispo del Palmar en 1979.
7)    Consagra a Michel Fernández en 1981 siendo consagrado antes, también, por un obispo del Palmar en 1979. El P. Barbara advierte que Kozik y Fernández deben ser considerados apóstatas. Además, fueron ordenados sacerdotes tres veces, la primera por Jean Laborie obispo viejo-católico, la segunda por André Enos obispo viejo-católico, la tercera vez por un obispo del Palmar antes de su primera consagración episcopal.
8)    Consagra a un viejo-católico “obispo-abad” de la “Unión de las Pequeñas Iglesias Católicas” Christian Datessen el 25 de septiembre de 1982, habiendo sido anteriormente consagrado por Enos el 10 de septiembre de 1981.
9)    Todas estas consagraciones sin contar las de Pierre Salle, Jean Olivieres de Mamistra, Patrick Broucke de Tralles, Philippe Miguet y Michel Main por si fuera poco.

El P. Barbará dice sobre la consagración hecha a Comte de Labat d' Arnoux que era sólo uno de los muchos apóstatas de la Iglesia Católica que se convirtieron en obispos thucistas; otra de las cuales fue la de Jean Laborie de quien el P. Cekada dijo: elevó al episcopado (por enésima vez) a Jean Laborie, jefe de una secta cismática de los 'viejo-católicos', la 'Iglesia Latina de Toulouse'. También ordenó a otro ‘viejo-católico’ de Marsella llamado García, y a un ex convicto llamado Arbinet que luego llegó a ser 'obispo' del Palmar”. El P. Cekada en 1980 no duda además en tildar de iglesia cismática a la secta Monte San Miguel de Spokane en Washington, de donde proviene Mark Pivarunas, consagrado “obispo” por Carmona y quien a su vez consagró al P. Dolan.
Por si fuera poco, además del llamado fiasco del Palmar, como calificó todo el proceder de Mons. Thuc con las consagraciones que hizo allí, tenemos de postre la consagración de Christian Marie Datessen que era un obispo viejo-católico, consagrado el 10 de septiembre de 1981 por André Enos, que a su vez era un sacerdote apóstata que dejó la Iglesia en 1950 y se convirtió en obispo de una secta conocida como Santa Iglesia Viejo-católica fundada en 1955 por Charles Brearley. Y el 25 de setiembre de 1982, Datessen fue consagrado nuevamente por Mons. Thuc.

El P. Barbará afirma que hubo muchos otros no-católicos o apóstatas de la Iglesia que fueron hechos obispos thucistas: "Claude Nanta, Pierre Salle, Jean Oliveres de Mamistra, Patrick Broucke de Tralles, Philippe Miguet, Michel Main”.

3.    Las clandestinas consagraciones del P. Guérard des Lauriers en 1981 y al año siguiente de P. Zamora y el P. Carmona en 1982, en sus últimos años. Que fueron las únicas prácticamente que no fueron hechas a cismáticos o herejes y que dado el renombre del P. Guérard des Lauriers le dio respaldo a todo el desastre que en materia de consagraciones Mons. Thuc venia prodigando y empezaron a ser bien vistas.

4.    Declaraciones contrarias:

1)    Se arrepiente después de lo del Palmar de Troya pidiendo perdón al que según la bilocación era el supuesto sosías. Cabe entonces preguntarse ¿qué pasó con la veracidad de la supuesta aparición de la Virgen y también de la bilocación del “verdadero Pablo VI” aprobando las consagraciones?, que lo llevaron consagrar. 

2)    Después, volviendo a sus andanzas, consagrando nuevamente y habiendo pedido perdón al que consideraba un sosías en 1976 por las consagraciones del Palmar, declara el 25 de febrero de 1982 que está la Sede Vacante y la Nueva Misa es inválida; ¿en qué queda entonces el perdón que pidió a Roma y al Papa?

3)    En Carthage el 11 de julio de 1984 renunció a su declaración del 25 de febrero de 1982, declara su arrepentimiento y de nuevo pide perdón al “Papa” poco antes de morir, reconociendo a Juan Pablo II como legítimo y verdadero Papa y aceptando el Concilio Vaticano II y la Nueva Misa.
El P. Sanborn no dejó de calificar a Mons. Ngo Dinh Thuc de “raro” concluyendo que había tres explicaciones; dos de estas eran insania y senilidad, la tercera credulidad. El mismo P. Sanborn es el que trae a colación el asunto, diciéndole a los sacerdotes de la Sociedad S. Pío V, que un sacerdote vietnamita que se encontró y habló con él y dijo “que Monseñor Thuc entraba y salía de su estado de lucidez”.  Además, de afirmar que sus consagraciones eran dudosas, concluye que no se podía probar la validez de las consagraciones e incluso si se pudieran probar, “no podríamos tener nada que ver con los obispos thucistas, porque eran muy sórdidos”.
Sobre este tema de la lucidez mental de Mons, Thuc, el P. Cekada señaló que Mons. Lefebvre, quien conocía a Mons Thuc, observó que “él nunca se había recuperado de la muerte de sus hermanos”. Esto puede ser el posible origen de tanto desvarío.
Por si esto fuera poco, tenemos la respuesta desconcertante de Mons. Thuc, no sólo por el error teológico en que se basa, sino por lo descabellado de la justificación que pretende hacer para excusarse por la concelebración de la Nueva Misa el Jueves Santo del 15 de abril de1981 que hizo con Barthe, el obispo modernista de Toulon, y el P. Cekada relata el hecho: “El autor explica: él dijo que era porque ese día no podía celebrar solo… Sucede que fue una falsa concelebración, porque dijo que no recibió la comunión. Porque, cuando un sacerdote no comulga, no hay Misa”. Aunque es un error teológico considerar la comunión del celebrante esencial para que haya Misa, con semejante respuesta, es peor el remedio que la enfermedad, pues muestra que es capaz de efectuar un rito sacramental, a sabiendas de que es inválido. Esto solo es desconcertante en sí mismo y abre una gran incógnita sobre su sano juicio o peor aún que es capaz con plena lucidez mental realizar un rito sacramental invalido sin ser loco.
¿Quién en su sano juicio no va a dudar positivamente del estado mental de Mons. Ngo Dinh Thuc, después de conocer estos hechos? O peor aún que con plena cordura es capaz de realizar un sacramento inválidamente. La duda (positiva) se plantea en sí misma y por sí misma, dados los mismos hechos y no hacen falta de otra parte, ni certificados de médicos, ni de testimonios de testigos, pues el mayor testimonio, son esos hechos en sí mismos, y no lo que personas, calificadas o no sobre la materia, puedan decir sobre ellos, considerando además que algunos de los testigos son sus cómplices. En conclusión Mons. Thuc no es fiable en ninguno de los casos, sea que estuviera falto de cordura sea que fuera cuerdo y lucido, con el agravante en este caso, irrefutable, de ser capaz de realizar ceremonias sacramentales invalidas a sabiendas y con plena lucidez y conciencia.
Es un hecho que el P. Barbara, el P. Sanborn y el P.  Cekada, por nombrar a los que después por conveniencia cambiaron de opinión, cuestionaron el estado mental de Mons. Thuc, y la razón por la cual cambiaron parece ser, como el mismo P. Barbara dijo: “es necesario romper el monopolio de los obispos lefebvristas”.
El P. Sanborn dice a su vez (como cualquier liberal) para justificar su nueva postura aceptando la línea de Mons. Thuc: “Esta necesidad es tan grande que cualquier mal circunstancial puede ser tolerado en orden al fin”. Esto dicho es como admitir que el fin justifica los medios aunque sean malos, así no duda en concluir diciendo: “El punto principal es que sea lo que sea lo que haya que tolerar en cualquier asociación, próxima o remota, con Mons. Thuc, es justificable por la razón correspondiente de tener que sobrevivir”, ¡vaya tradicionalista antimodernista tenemos !.
El P. Cekada decía antes de cambiar su postura: “Las acciones de Mons. Thuc de 1975 en adelante no inspiran mucha confianza en su juicio y su prudencia: el asunto del Palmar, las promesas hechas y las promesas rotas al Vaticano, la implicación de ‘viejos católicos’, concelebrando la Nueva Misa mientras afirmaba que realmente no lo era … Si bien todo el mundo tiene derecho a unos pocos errores, uno se ve obligado a decir que los hechos por Mons. Thuc eran muy graves objetivamente, eran inexcusables, especialmente para un obispo con gran experiencia pastoral y un brillante transfondo académico en teología, filosofía y derecho canónico”. Para colmo el P. Cekada dando a entender como uno de los motivos de este desbarajuste dice: “Mons. Lefebvre, que conocía a Mons. Thuc, observó que nunca se recuperó de la muerte de sus hermanos”.
Hace falta no estar del todo cuerdo para no darse cuenta de que las consagraciones de Mons. Thuc son dudosas real, objetiva y positivamente.
Qué es todo esto sino una gran locura, o un cuento de locos. Pues como dijo el P. Cekada con gran lucidez antes de torcerse: “¿Podemos realmente tomar todo esto en serio y suponer que los ‘obispos’ que involucraban este tipo de marchas son el futuro de la Iglesia?”.
Cómo no caer en una especie de secta con Misa tradicional y apariencias antimodernistas y tradicionalistas, si el mismo P. Cekada, en sus buenos momentos llegó a decir: “Lo que es mucho más grave, sin embargo, es que estos hombres afirman que son la ‘única autoridad legítima’ de la Iglesia Católica y que los católicos están ‘obligados’ a obedecerlos a ellos. Además, ellos pretenden excluir de la Iglesia Católica a aquellos sacerdotes y laicos tradicionales que se niegan a reconocer su ‘autoridad’ -algo que ninguna organización tradicional que conozcamos se presume de hacer-. Al hacer tales afirmaciones, estos obispos’ han creado su propia religión, con su propio ‘Magisterio’, su propia ‘jerarquía Episcopal’, y sus propias creencias. Es una nueva religión, a pesar de sus adornos, -y todas sus ‘consagraciones episcopales’- importantes autoproclamaciones y reivindicaciones exageradas de su ‘autoridad canónica’, no pueden ser realizadas en la religión católica. Esto es por lo menos el proceso de creación de lo que seguramente llegará a ser una secta cismática”. Más claro ni el agua.


P. Basilio Méramo
Bogotá, 11 de Marzo de 2018

NOTA: La fuente de todas las citas del presente escrito, están en el artículo del P. Cekada “Dos Obispos en cada Garaje” que está inserto como apéndice al final del libro “Lo sagrado y lo Profano” del P. Kelly (que ilustra también todo este tema), que puede consultarse completo en este enlace:
http://www.meramo.net/AmigosdeMeramo/Articulos_files/SacredandProfane.pdf y en el resumen sobre “El estado mental de M. Thuc” escrito por el P. Kelly también y publicado en el blog Sursum Corda., el cual se puede ver igualmente en este enlace:
http://www.meramo.net/AmigosdeMeramo/Articulos_files/Edomental.pdf