Respuesta a un fiel sobre las objeciones puestas a los escritos recientes sobre Monseñor Thuc en el blog Cuba Católica
Mi estimado David:
Cuando uno no asimila bien los conceptos
teológicos, el error se posibilita, tal cual como le está pasando a usted,
quizás con la mejor buena intención, así que ahora resulta que para no ser un
clero vago, hay que estar bajo un Obispo thucista; no sea ridículo, pues la
línea thucista está viciada por las consagraciones hechas a veterocatólicos, en
el supuesto caso que hayan sido válidas, esto, sin entrar en la duda de su
estado mental, pues en tal caso de estar desequilibrado, serían inválidas y en
el mejor de los casos, hay una duda positiva, que no viene del Obispo de
Toulon, sino del mismo actuar de Ngo Dinh Thuc y que en su momento el P
Barbará, el P. Sanborn y el P, Cekada entre otros, ponían en tela de juicio
antes de cambiar, por simple necesidad de supervivencia.
Monseñor Lefebvre pensaba que Mons. Thuc no
estaba en sus cabales y aunque yo en su momento no conocía los pormenores. Cuando
leí el escrito del P. Cekada me incline por la opinión favorable. Pero es
evidente que Cekada en su artículo no hacía mención de todo lo que él
anteriormente pensaba y para ser transparente, debía de haberlo por lo menos
señalado en ese escrito, pues no es lo mismo que si hay materia, forma e
intención el rito es válido, mientras que el ministro este en sus cabales, qué
si no lo está, pues la cosa cambia completamente. Pues, cuando después se ve
todo el proceder de Ngo Dinh Thuc, consagrando al Palmar de Troya por una
aparición de la Virgen, una bilocación del supuesto verdadero Papa Pablo VI y
de los estigmas recibidos por Clemente Domínguez del P. Pío y todas sucesivas
consagraciones a una serie de veterocatólicos que son cismáticos y herejes,
todo cambia. Además, aún después de consagrar al P. Guérard des Lauriers, al P.
Zamora y al P.Carmona, vuelve a reincidir consagrando a Datessen poco antes de morir, que es un
veterocatólico, cabe preguntarse, dónde está la cordura de Monseñor Thuc, o en
caso contrario ¿dónde está su fe como obispo católico?
Después de sus consagraciones al Palmar de
Troya se retracta pidiendo perdón a Roma
al ser excomulgado; cabe preguntarse entonces, en qué quedó la aparición de
Nuestra Señora, la bilocación de Pablo VI y la petición de perdón entonces al sosías?,
pero antes consagra a Comte de Labat d’Arnoux un veterocatólico. Luego de esta
reconciliación con Roma vuelve a sus andanzas consagrando a cismáticos y
herejes veterocatólicos, por lo cual el P. Cekada señala: “El Arzobispo Thuc vez elevó al episcopado (por
enésima vez) a Jean Laborie, jefe de una secta cismática de viejos-católicos,
la Iglesia Latina de Toulouse. También ordenó a otro viejo-católico de Marsella
llamado Garcia, y a un ex convicto llamado Arbinet que luego llegó a ser
‘obispo’ del Palmar”.
La declaración de Múnich es cuestionada
como suya, y elaborada a instancias de Heller y de Hiller, pues el mismo P.
Cekada pone en duda que fuera de autoría de Ngo Dinh Thuc, ya que un obispo con
dos o tres doctorados no podía escribir en un tan mal latín, al punto de decir:
“Sería verdaderamente atroz si Mons. Thuc lo hubiera escrito el mismo”. Dejaba
entender que había sido escrito por otro o bajo su influencia, por lo menos. Estos
personajes que después fueron los que estuvieron en las consagraciones de
Guérard des Lauriers y de Carmona y Zamora, y por si fuera poco, con un
teléfono sobre el altar, como si no hubiera podido ser advertido y puesto por
lo menos en el suelo, hecho grotesco para personas demasiado cuerdas, aunque
algo obsesionadas.
Después, antes de morir en Carthage, se
retracta, ¡oh sorpresa!, paladín de la Tradición, según usted, y acepta
Vaticano II, la validez de la Misa y al “legítimo Papa Juan Pablo II”, para
colmo, según usted y los thucistas, es el único legítimo sucesor de los
apóstoles con jurisdicción.
De otra parte, usted se ha aliado a la rama
más cuestionable de la línea de Ngo Dinh Thuc, a través del P. Squetino, que
los otros thucistas, lo segregan como a los leprosos, tanto por su origen más
espurio a través de Gastón López y por su cismático conclavismo. Le recuerdo,
usted se distanció de mí, al acercarse a ese árbol de funesta y mala sombra,
considerándome un cura vago, pretendiendo que debería estar bajo la directriz
de un espurio linaje espiscopal.
Le recalco en plan teologastro como usted
me tilda, que todo Concilio Ecuménico legítimo es infalible, pero Vaticano II
al no querer ser un concilio infalible y dogmático, por lo mismo, no es
magisterio extraordinario universal de la Iglesia, sino un Conciliábulo, como
usted mismo lo reconoce. También le recuerdo que un Papa es infalible, cuando
el solo (unilateralmente) confirma a sus hermanos en la fe cuando habla ex
cathedra únicamente, y el Magisterio Ordinario Universal de la Iglesia, no es
el magisterio del Papa solo, sino de todos los obispos dispersos por el mundo
con el Papa a la cabeza. Además, su petulante y aberrante conclusión que trata
de sacrílego y de cismático a Mons. Lefebvre, muestra los frutos de la
serpiente que envenena todo lo que muerde.
El sedevacantismo visceral, para que me
entienda, si es que todavía le queda algo materia gris, se basa en el principio
erróneo y dogmatizante que hace al Papa infalible siempre, más allá de cuando
el habla ex cathedra, de no ser así se anula la misma definición de la Pastor
Aeternus, y esto es lo que hacen sin darse cuenta, tanto los papólatras
antisedevacantistas viscerales, como los papólatras sedevacantistas viscerales
thucistas, pues parten del mismo principio; Pighi que no admite que un Papa
pueda defeccionar en la fe fue refutado por Melchor Cano, rotunda y
paladinamente y San Alfonso María de Ligorio también lo hace. Espero que relea
con inteligencia y calma lo escrito en la Consideración Teológica sobre la Sede
Vacante, para que se instruya un poquito más y deje su pedantería, cual es lo
propio de un novato que planea en la atrevida ignorancia.
No tergiverse los hechos, pues la
ordenación de Darovis se trataba que la hiciera Mons. Williamson en su momento;
después el P. Darovis terminó en EEUU y ahí fue cuando le dije que tuviera
cuidado.
Le aclaro que con respecto a Pío, yo no
formé a nadie, el curso de Metafísica, era para el Padre Altamira que me lo
había pedido incluso antes de salirse de la Fraternidad y después que se salió,
vino para que se lo dictara y de paso trajo a Pío para que aprovechara, cosa
que es muy distinta; si usted tergiversa estos hechos, es capaz de cualquier
cosa.
Usted no puede interpretar los hechos a su
acomodo, eso es desvirtuar las cosas.
La línea de su obispillo Squetino, viene de
la línea más espuria a través del veterocatólico Datessen, Mamistra y de
obispos casados para colmo como Gastón López y Urbina; esta línea es la más
cuestionada del linaje de Ngo Dinh Thuc, pues los mismos thucistas dicen lo
siguiente por si no lo sabía: “Hay otra
línea que es la más escandalosa, la que procede a partir del obispo Jean de
Mamistra, consagrado por Pierre Salle. Mamistra sostenía, y hay pruebas
documentadas de ello en carta enviada a Mons. Carmona, que podían ser ordenados
y consagrados seglares casados; por eso esta es la línea más escandalosa, la
cual debemos evitar a toda costa, con ellos no puede haber unidad, pues han
caído realmente en un escándalo. El Obispo Jean de Mamistra consagró a Patrick
Broucke de Tralles y a Gastón López, de EEUU, quien fue casado, con matrimonio
eclesiástico, que la esposa tiene hijos. Tanto él, como Mons. De Mamistra, han
sostenido que es posible que seglares casados puedan ser obispos, argumentando
queen tiempo de necesidad, prácticamente todo es lícito. Gastón López, a su vez
consagró a Francisco Ripoll, de México, a Guido Alarcón, de Bolivia, casado y
con hijos y a Urbina Aznar, también casado. No hace mucho Urbina Aznar consagró
a José Squetino, él reside en Jalisco y ha proporcionado una división más en
Guadalajara, engañando a los fieles con un escandaloso e híbrido episcopado” (Revista
del grupo de Trento). Y como es sabido, Datessen fue consagrado por
Ngo Dinh Thuc un año después de haber consagrado a Guérard des Lauriers, luego
aquel consagra a Pierre Salle y ésta a Mamistra. Y Datassen, Pierre Salle y
Mamistra, eran veterocatólicos y esto para usted, no implica ni cisma ni
herejía y la línea más legitima y pura.
Así, tenemos que Ngo Dinh Thuc tanto antes
como después de consagrar a Guérard des Lauriers como a Zamora y Carmona,
consagró a cismáticos y herejes veterocatólicos; luego si no estaba loco o
medio loco, era un cismático y un hereje y ahora resulta para usted y todos los
thucistas, que los sacrílegos, cismáticos y herejes no son todos estos sino
Mons. Lefebvre y Mons. De Castro Mayer; habrase visto mayor aberración?, habrá
que estar ciego para no verlo u obcecado para no darse cuenta.
La idea del conclavismo no puede ser más
cismática, que hasta la mayoría de los thucistas la repugnan.
Y espero que ponga esta carta respuesta en
el mismo sitio donde puso su refutación, y esto bajo la exigencia del derecho
de réplica.
Esperando que la gracia de Dios y su Luz
divina lo ilumine sacándolo, si es que está de buena fe, del error.
P. Basilio Méramo
Bogotá, 17 de Abril de 2018
Pd/. Le adjunto a continuación, las actas
del Concilio que dan cuenta de las propuestas de Mons. Thuc.
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