viernes, 4 de mayo de 2018


RESULTA AHORA, AL PARECER, QUE EL LOCO SOY YO, “CHE”.
HABRÁ QUE SER TAN CARADURA

Así como el destino fluctuante y cambiante cual las fases de la luna, y por esas cosas azarosas y casuales, ahora soy yo el raro, obcecado y hasta el loquito de la película (de la situación) y no el escandaloso tortuoso, contradictorio y cambiante Mons. Thuc, que con su vaivén errático y delicuescente deja una turbia estela, lo cual dio en qué pensar sobre su misma cordura, ya que se trataba de un prelado, como Obispo de la Iglesia; acaso cambiaron los hechos después de haberse producido y que hicieron pensar en su falta de capacidad mental a tal punto que llevaron al P, Sanborn a expresar, según refiere Raúl Miguel aludiendo a lo expresado por el P. Kelly: “El P. Sanborn fue aún más lejos. Dijo que la conducta del arzobispo Thuc era ‘rara’. Y en su intento para entenderla concluyó que había tres posibles explicaciones. Dos de estas tres eran: insania y senilidad. La tercera era credulidad”. (Raúl Miguel, El Estado Mental de Mons, Thuc, citando al P. Laurence Kelly en “The Sacred and The Profane”, p.86)

En otro apartado del libro en cuestión del P. Kelly, el autor nos trae una recopilación del pensamiento del P. Sanborn frente a estos hechos, de lo cual merece destacar especialmente lo que sigue:
 En su artículo de 1983 sobre los obispos thucistas, el P. Anthony Cekada dijo que el arzobispo Thuc era un hombre de ‘gran experiencia pastoral y de unos brillantes antecedentes académicos en teología, filosofía y derecho canónico’. (Rev. Anthony Cekada, "Two Bishops in every garage", THE ROMAN CATHOLIC, January 1983, p. 8). Y sin embargo, a pesar de su ‘gran experiencia pastoral’ y ‘brillantes antecedentes académicos’, en 1975 comenzó a actuar en un modo que el P. Sanborn caracterizaría más tarde como ‘raro’. Este raro comportamiento comenzó en 1975 y continuó hasta su muerte en 1984. Lo que hizo no era simplemente compatible con el comportamiento de un arzobispo católico y ex profesor de seminario con tres doctorados, que estuviese en sus cabales. Esto fue tan obvio que muchos cuestionaron su capacidad mental. Entre quienes emitieron tales cuestionamientos acerca del estado mental del arzobispo Thuc estaban el P. Anthony Cekada, el P. Donald Sanborn y el P. Noël Barbara”. (Raúl Miguel, El estado Mental de Mons Thuc, Blog Sursum Corda, 2017, citando al P. Kelly en The Sacred And The Profane, Seminary Press, N.Y. 1997, p.85)

El P. Cekada refiriéndose a los hechos protagonizados por Mons.Thuc en el Palmar de Troya, dice lo siguiente: Poco necesitamos agregar a lo que señala el P. Cekada, excepto decir que tal ‘verdaderamente colosal falta de sentido común’ en un hombre con los antecedentes, la educación y la experiencia pastoral de Thuc indica o que perdió su fe, o el juicio o ambos. Su comportamiento posterior indica lo mismo. Porque ‘el fiasco del Palmar’ no fue una aberración momentánea en la vida del arzobispo Thuc. Fue más bien el comienzo de un patrón de comportamiento que caracterizó su vida por años antes de su muerte”.

Y también el P. Barbara (hoy difunto) se plantea la cuestión sobre las facultades mentales de Mons. Thuc, cuando después de entrevistar dos veces a Mons. Thuc, en marzo de 1981 primero y luego en enero de 1982 concluye que son posibles tres posiciones, a saber: -No. Thuc no estaba en posesión de todas sus facultades; no era responsable y no incurrió en las penas previstas por la ley. Pero entonces las consagraciones conferidas no son válidas, puesto que el consagrante no estaba en posesión de sus facultades mentales para la realización de un acto responsable.
            -Sí. El consagrante estaba en completa posesión de sus facultades. Las consagraciones son válidas, pero el consagrante y el consagrado han incurrido en todas las penas previstas por la ley y Thuc es verdaderamente un obispo escandaloso.
            -No lo sabemos con certeza. Quizás estaba en posesión de sus facultades y quizás no. Esto dejaría flotando una duda sobre las censuras incurridas, pero también sobre la validez de todas estas ordenaciones”. (P. Noël Barbara, “What Are We To Think Of The Bishops Consecrated By Ngo Dinh Thuc, Carmona, Vezelis, Musey, Etc.”, citado por Raúl Miguel en “El Estado Mental de Mons, Thuc”, Blog Sursum Corda, marzo del 2017).

Si Mons. Thuc, era o no capaz mentalmente, de realizar ordenaciones y consagraciones válidamente, esto fue puesto en tela de juicio, como se puede comprobar por los mismos padres Barbará, Sanborn y Cekada entre otros, por no mencionar hasta el mismo Mons. Lefebvre.

Si no hubiera duda (y duda positiva), es decir, fundada en el mismo proceder, y concretizada en hechos que no se pueden volatilizar, pero que tanto al autor, a quien va en parte esta respuesta,  y que no vale la pena ya quizás nombrar, no se habría suscitado la cuestión de la lucidez o capacidad mental de Mons. Thuc con respecto a sus consagraciones, algunas clandestinas, sin documentación, como pide la Iglesia, con sujetos idóneos (debidamente preparados y aptos) para el ministerio sacerdotal y episcopal como Ella pide y exige; con el agravante además, de ser sacrílegas, cismáticas y hasta heréticas por ser realizadas a individuos veterocatólicos, en múltiples casos, y prácticamente todas, excepción hecha de las que fueron realizadas a los padres Guérard des Lauriers, Carmona y Zamora.

Si llegare a descartarse la duda de las capacidades mentales de Mons. Thuc, las consagraciones no serían entonces inválidas, pero sí serían sacrílegas y en plena comunicatio in sacris, (comunión en las cosas sagradas) al ser realizadas a personas que son herejes y cismáticos, transfiriendo esta misma condición al ministro que las imparte, como también a los que en lo sucesivo ordena o consagra.

De otra parte, dejando la cuestión de la capacidad mental, se puede ver que psicológicamente Mons. Thuc era capaz de realizar un sacramento inválidamente, pues como es sabido, pretendió excusarse cuando se le pidieron razones por las cuales él había concelebrado con el obispo de Toulón un Jueves Santo, y esta fue su respuesta: “Él dijo que era porque ese día no podía celebrar solo... Sucede que fue una falsa concelebración, porque dijo que no recibió la comunión. Porque, cuando un sacerdote no comulga, no hay una Misa”. (Rene Rouchette, “Mise au point au sujet du sacre de Mgr. Guerard des Lauriers”, Lettres non-conformistes, n° 28, (Apr., 1982), p. 5., citado por el P. Cekada en Dos Obispos en Cada Garage).

Y esto, aunque haya pasado hace más de treinta y cinco años, no pierde vigencia, pues el tiempo no cambia los hechos, sino que con ellos se hace la historia.

Tenemos pues así, que en el caso de la incapacidad mental, no caería en dichas sanciones, pero serían estas órdenes inválidas. De tal modo que hay dos posibilidades, una la invalidez por falta de cordura y la otra (en el caso de ser válidas), la del sacrilegio y el cisma o la herejía en el caso de estar lúcido, aunque fueran válidas. No se trata pues, de acciones malas como por ejemplo los actos del común de los mortales pretendiendo minimizar y restarle importancia, sino de acciones malas en relación a los sacramentos por una doble partida tocante a su validez o al sacrilegio y el cisma o la herejía.

Hay que también señalar que cuando se habla de demencia o de locura, que anula la validez de los actos, tanto en el orden civil y mucho más en el religioso sacramental, no se trata simplemente de la demencia o locura, son como la medicina psiquiátrica hace ver, pues muchas veces sin estar loco o demente de atar o de llevar al manicomio, se puede afectar la validez de los actos y aquí va un ejemplo histórico y que tuvo cierta resonancia en su tiempo con un caso que fue en aquel momento famoso, como el que relata Llinás; se trata del famoso y legendario caso del conde de Cuchicute, José María Rueda Gómez hijo de un rico hacendado de San Gil Santander: “En 1935 el psiquiatra Llinás [abuelo del famoso fisioneurólogo Rodolfo Llinás], fue consultado por los magistrado del Tribunal Superior de Bogotá para que ofreciera su dictamen en el juicio contra el conde; los jueces querían determinar si había prestado su consentimiento libre y voluntario, el 16 de Noviembre de 1922, en un contrato con su hermano Timoleón   en el que le traspasaba tres de sus haciendas, inicialmente previstas dentro de la herencia de sus hijas. Tras analizar el caso el psiquiatra anotó un veredicto en un dictamen de 37 páginas (…) despreció los que abordaron la enfermedad mental de su paciente con categorías como “loco o “enajenado mental”, para quedarse con opiniones más científicas como “psicosis maniaco depresivas” empleada por los franceses, y “psicosis hereditaria con crisis depresiva y con impulsiones de carácter destructivo”. (…) al desglosar los pormenores del 16 nov 1922, el día de la firma del contrato, el psiquiatra demostró a los jueces que su paciente tenía casi dos años sumido en la fase depresiva melancólica. (…)  opaco, silencioso y retraído, ‘en mi condición de perito médico en este juicio, resumo mi dictamen contestando la pregunta con que inicié el estudio así como también con la que se me hace por la parte demandada en la forma siguiente. Las facultades mentales, volitivas y afectivas del señor José María Rueda Gómez, no estaban en perfecto buen estado, ni en normalidad absoluta, ni en lucidez completa, el día 16 de Noviembre de 1922, por esa razón el señor José María Rueda Gómez, en mi concepto, carecía de capacidad mental para pactar o contratar y para obligarse a otra persona por acto de voluntad’” (Pablo Correa, “Rodolfo Llinás, La Pregunta Difícil”. Ed. Aguilar, Bogotá 2018, p.22, 23,24).

Un masón y un loco no son equiparables, en cuanto a la responsabilidad y la intención de sus actos, pues un loco no puede pecar (al menos gravemente); un masón sí; un masón es responsable de sus actos, un loco no. Por eso hay que ser maquiavélico y manipulador, pretendiendo equiparar el proceder de la Iglesia, buscando una solución a la validez de las consagraciones de Mons. Ngo Dinh Thuc, al caso de un masón con el de un loco, de un semiloco o semidemente, para después aplicarlo en lo concreto a la ordenación sacerdotal de Mons. Lefebvre por un obispo masón, como lo fue, al parecer, el Card. Achille Liénart, y así admitir la validez en el caso concreto de las consagraciones de Ngo Dinh Thuc, en el caso de ser un inhábil mental y así descartar la duda positiva de tal modo que no queda más que creer o reventar; esto es, una vez equiparadas las dos cosas, o se aceptan las consagraciones de Mons. Ngo Dinh Thuc, tanto como las de Mons. Lefebvre, o en su defecto, si se pone en duda las de Mons. Ngo Dinh Thuc, lo mismo habría que hacer con las de Mons. Lefebvre.

Esto hasta ahora, ningún thucista en cualquiera de sus múltiples facetas, se atrevió a formularlo, pero tuvo que venir un tinterillo para que esto hiciera; tan es así, que la misma persona, el autor al que va dirigido esta respuesta y cuyo nombre no quiero ni mencionar, para que no se interprete  como en muchos casos es el proceder muy común en los habitantes del cono sur, y en concreto de la Argentina.

Y esto es lo que en sí mismo, no sólo es maquiavélico, sino perverso, sin que esta calificación del proceder y razonamiento objetivamente hablando, se le adjudique o atribuya al sujeto en cuestión, subjetivamente hablando.

Luego, no soy yo, “che”, el que calumnia, divide y habla mal, pues esto no sería más que otro indigno y vil proceder de endosarme a mí la cuenta y responsabilidad de lo que ya se había incluso previsto, diciendo que esto iba a afectar al bien común de la unión entre sacerdotes y entre los mismos fieles. 

Tampoco hacía falta recurrir a la infidencia dejando a un fiel cercano mal parado con el fin de utilizarlo para descalificame con su comentario. Esto es propio de la manipulación.

El culpable no es el que señala el mal y lo denuncia, sino aquel que lo propicia y ejecuta. Para el buen entendedor, pocas palabras bastan.

Nota: Lo resaltado en negrilla es nuestro, para destacar.


P. Basilio Méramo
Bogotá, 4 de Mayo de 2017


lunes, 23 de abril de 2018


RESPUESTA A LA CONTRARRESPUESTA DE DAVID ALEJANDRO MARTÍNEZ DE CUBA

Estimado David:

Es muy difícil cuando uno ya se embarcó y está en pleno mar, saltar por la borda del barco.
A cualquier persona con un poquito de sentido común que conozca la sucesión de hechos del errático y contradictorio actuar de Mons. Thuc, bastaría para alejarse prudencialmente de todo su turbio proceder en materia sacramental; el mismo M. Thuc es el que relata que el salió corriendo pues si se lo pedía la Virgen, iría hasta el fin del mundo, como el mismo P. Cekada lo relata, y usted eso lo desecha diciendo....

De otra parte, uno puede ser engañado una o dos veces, pero resulta que quitando las consagraciones del P. Guérard des Lauriers, del P. Zamora y el P. Carmona, todos los demás han sido veterocatólicos y por lo tanto cismáticos y herejes; después de la escandalosa consagración del Palmar de Troya. Usted no puede, interpretando mal y a su favor, que M. Lefebvre encaminó a los del Palmar de Troya hacia Mons. Thuc, para que él atendiera el caso, pues Mons. Lefebvre no tenía ni tiempo para ocuparse de ellos que es muy distinto.

Además M. Lefebvre siempre pensó que a M. Thuc algo le patinaba en la cabeza, y hasta eso mismo lo cuenta el P. Cekada y además el mismo Sanborn también hace alusión cuando dice del vietnamita El P. Sanborn dijo a un sacerdote d ela sociedad San Pío V, que un sacerdote Vietnamita, que se encontró y habló co el Arzobispo Thuc dijo: "Que Thuc entraba y salía de su estado de lucidez". Además decía que su conducta era rara "

El P. Sanborn fue aún más lejos. Dijo que la conducta del arzobispo Thuc era "rara". Y en su intento para entenderla concluyó que había tres posibles explicaciones. Dos de estas tres eran: insania y senilidad. La tercera era credulidad". El P. Cekada también señaló que M. Lefebvre "quien conocía a M. Thuc, observó que él nunca se había recuperado de la muerte de su hermano" ahora bien, si todo esto a usted le parece que son calumnias, es no querer la realidad de los hechos.

El P. Barbará, a su vez da tres posibles respuestas al actuar desconcertante de M. Thuc diciendo: "Solo hay tres respuestas posibles a esta cuestión: No. Thuc no estaba en posesión de todas sus facultades; no era responsable y no incurrió en las penas previstas por la ley. Pero entonces las consagraciones conferidas no son válidas, dado que el consagrante no estaba en posesión de sus facultades... Si. El consagrante de estas consagraciones estaba en completa posesión de sus facultades. Las consagraciones son válidas, pero el consagrante y el consagrado han incurrido en todas las penas previstas por la ley. Y Thuc es verdaderamente un Obispo escandaloso. No lo sabemos con certeza, tal vez estaba en posesión de sus facultades y quizás no. Esto dejaría una duda en el aire, sobre las censuras incurridas, pero también sobre la validez de todas estas consagraciones". 

Como refiere el P. Kelly: "El P. Barbara entrevistó al arzobispo Thuc en marzo de 1981 y nuevamente en enero de 1982. A continuación de estas entrevistas sugirió tres respuestas posibles a la cuestión de si el arzobispo Thuc estaba o no “en posesión de sus facultades”. Escribió entonces: 

   “La recaída en la profanación del sacramento del Orden (la última consagración realizada en una secta fue el 24 de setiembre de 1982) y la falta de firmeza en su promesa de no recaer nuevamente, permiten hacerse una pregunta capital. Este anciano de más de 85 años de edad, ¿estaba en posesión de sus facultades? ¿Se daba cuenta de lo que hacía al imponer sus manos tan fácilmente sobre cualquiera? ¿Era verdaderamente responsable de sus actos? Hay sólo tres respuestas posibles a esta penosa cuestión.
              -No. Thuc no estaba en posesión de todas sus facultades; no era responsable y no incurrió en las penas previstas por la ley. Pero entonces las consagraciones conferidas no son válidas, puesto que el consagrante no estaba en posesión de sus facultades mentales para la realización de un acto responsable.
             -Sí. El consagrante estaba en completa posesión de sus facultades. Las consagraciones son válidas, pero el consagrante y el consagrado han incurrido en todas las penas previstas por la ley y Thuc es verdaderamente un obispo escandaloso.
             -No lo sabemos con certeza. Quizás estaba en posesión de sus facultades y quizás no. Esto dejaría flotando una duda sobre las censuras incurridas, pero también sobre la validez de todas estas ordenaciones".

De otra parte, M. Thuc muestra por su proceder, que era capaz de realizar un rito sacramental inválidamente, pues como refiere el mismo P.Cekada: "Tampoco las actividades de Thuc se limitaron a la consagración de cismáticos; un boletín de noticias francés que lo apoya, declara que el Jueves Santo del 15 de Abril de 1981 concelebró la Nueva Misa con M. Berthe, el obispo de Toulon. El autor explica que él dijo que era porque ese día no podía celebrar solo... sucede que fue una falsa concelebración, porque dijo no recibió la comunión porque, cuando un sacerdote no comulga no hay Misa. La justificación de Mgr. Thuc para su acción al sostener que sólo simulaba la celebración de un Sacramento en Misa, por cierto, es un pecado grave y no aumenta nuestra confianza en su comprensión de la teología sacramental".

Esto demuestra que psicológicamente M. Thuc, si era que estaba plenamente cuerdo, era capaz de realizar un sacramento inválidamente.

Estos son hechos y no mera especulación.

Por otro lado, resulta curioso que salvo las consagraciones del P, Lauriers, Zamora y Cardona fueron con veterocatólicos y resulta ahora que todos se hicieron católicos y sin embargo no consta ninguna abjuración, que es lo que la Iglesia siempre exige.

Y da la casualidad que usted no se empacha en decir, como todos los thucistas, que M. Lefebvre es un cismático: “Por tanto, la postura de Monseñor Lefebvre de reconocer a los Papas del vaticano II para después resistirlo, es totalmente cismática”. Aquí se evidencia su sedevacantismo visceral y dogmatizante, como el de todos los thucistas, así como también al decir que las misas de la Fraternidad San Pío X no son la Oblatio Munda, cuando el mismo P. Schmidberger cuando era superior general admitió que el Una Cum se decía sub conditione, posibilidad que el visceralismo dogmatizante descarta, aunque en mi caso particular, desde mi ordenación, ni decía el una cum, ni nombraba al obispo del lugar, sino a M. Lefebvre.

Ahora, claro que si usted le da a todo esto una explicación para salir del callejón sin salida que se ha metido, pues bueno, ya eso corre por su cuenta y riesgo, pero no me diga que son calumnias, ni especulaciones, ni desconocimiento de los hechos, ni mucho menos que ha sido refutado hace mucho tiempo.

De la estupidez del conclavismo, ni me voy a tomar el trabajo de explicarle algo tan elemental, que si no lo sabe, ya es problema de su supina ignorancia, pues es sabido que el Papa es el Obispo de Roma y al Obispo de Roma lo elige el clero de Roma y es bajo ese título que los cardenales como titulares de una parroquia de la diócesis romana eligen al Sumo Pontífice.

P. Basilio Méramo
Bogotá, Abril 19 de 2018



miércoles, 18 de abril de 2018

Respuesta a un fiel sobre las objeciones puestas a los escritos recientes sobre Monseñor Thuc en el blog Cuba Católica


Mi estimado David:

Cuando uno no asimila bien los conceptos teológicos, el error se posibilita, tal cual como le está pasando a usted, quizás con la mejor buena intención, así que ahora resulta que para no ser un clero vago, hay que estar bajo un Obispo thucista; no sea ridículo, pues la línea thucista está viciada por las consagraciones hechas a veterocatólicos, en el supuesto caso que hayan sido válidas, esto, sin entrar en la duda de su estado mental, pues en tal caso de estar desequilibrado, serían inválidas y en el mejor de los casos, hay una duda positiva, que no viene del Obispo de Toulon, sino del mismo actuar de Ngo Dinh Thuc y que en su momento el P Barbará, el P. Sanborn y el P, Cekada entre otros, ponían en tela de juicio antes de cambiar, por simple necesidad de supervivencia.

Monseñor Lefebvre pensaba que Mons. Thuc no estaba en sus cabales y aunque yo en su momento no conocía los pormenores. Cuando leí el escrito del P. Cekada me incline por la opinión favorable. Pero es evidente que Cekada en su artículo no hacía mención de todo lo que él anteriormente pensaba y para ser transparente, debía de haberlo por lo menos señalado en ese escrito, pues no es lo mismo que si hay materia, forma e intención el rito es válido, mientras que el ministro este en sus cabales, qué si no lo está, pues la cosa cambia completamente. Pues, cuando después se ve todo el proceder de Ngo Dinh Thuc, consagrando al Palmar de Troya por una aparición de la Virgen, una bilocación del supuesto verdadero Papa Pablo VI y de los estigmas recibidos por Clemente Domínguez del P. Pío y todas sucesivas consagraciones a una serie de veterocatólicos que son cismáticos y herejes, todo cambia. Además, aún después de consagrar al P. Guérard des Lauriers, al P. Zamora y al P.Carmona, vuelve a reincidir consagrando  a Datessen poco antes de morir, que es un veterocatólico, cabe preguntarse, dónde está la cordura de Monseñor Thuc, o en caso contrario ¿dónde está su fe como obispo católico?

Después de sus consagraciones al Palmar de Troya se  retracta pidiendo perdón a Roma al ser excomulgado; cabe preguntarse entonces, en qué quedó la aparición de Nuestra Señora, la bilocación de Pablo VI y la petición de perdón entonces al sosías?, pero antes consagra a Comte de Labat d’Arnoux un veterocatólico. Luego de esta reconciliación con Roma vuelve a sus andanzas consagrando a cismáticos y herejes veterocatólicos, por lo cual el P. Cekada señala: “El Arzobispo Thuc vez elevó al episcopado (por enésima vez) a Jean Laborie, jefe de una secta cismática de viejos-católicos, la Iglesia Latina de Toulouse. También ordenó a otro viejo-católico de Marsella llamado Garcia, y a un ex convicto llamado Arbinet que luego llegó a ser ‘obispo’ del Palmar”.

La declaración de Múnich es cuestionada como suya, y elaborada a instancias de Heller y de Hiller, pues el mismo P. Cekada pone en duda que fuera de autoría de Ngo Dinh Thuc, ya que un obispo con dos o tres doctorados no podía escribir en un tan mal latín, al punto de decir: “Sería verdaderamente atroz si Mons. Thuc lo hubiera escrito el mismo”. Dejaba entender que había sido escrito por otro o bajo su influencia, por lo menos. Estos personajes que después fueron los que estuvieron en las consagraciones de Guérard des Lauriers y de Carmona y Zamora, y por si fuera poco, con un teléfono sobre el altar, como si no hubiera podido ser advertido y puesto por lo menos en el suelo, hecho grotesco para personas demasiado cuerdas, aunque algo obsesionadas.

Después, antes de morir en Carthage, se retracta, ¡oh sorpresa!, paladín de la Tradición, según usted, y acepta Vaticano II, la validez de la Misa y al “legítimo Papa Juan Pablo II”, para colmo, según usted y los thucistas, es el único legítimo sucesor de los apóstoles con jurisdicción.
De otra parte, usted se ha aliado a la rama más cuestionable de la línea de Ngo Dinh Thuc, a través del P. Squetino, que los otros thucistas, lo segregan como a los leprosos, tanto por su origen más espurio a través de Gastón López y por su cismático conclavismo. Le recuerdo, usted se distanció de mí, al acercarse a ese árbol de funesta y mala sombra, considerándome un cura vago, pretendiendo que debería estar bajo la directriz de un espurio linaje espiscopal.

Le recalco en plan teologastro como usted me tilda, que todo Concilio Ecuménico legítimo es infalible, pero Vaticano II al no querer ser un concilio infalible y dogmático, por lo mismo, no es magisterio extraordinario universal de la Iglesia, sino un Conciliábulo, como usted mismo lo reconoce. También le recuerdo que un Papa es infalible, cuando el solo (unilateralmente) confirma a sus hermanos en la fe cuando habla ex cathedra únicamente, y el Magisterio Ordinario Universal de la Iglesia, no es el magisterio del Papa solo, sino de todos los obispos dispersos por el mundo con el Papa a la cabeza. Además, su petulante y aberrante conclusión que trata de sacrílego y de cismático a Mons. Lefebvre, muestra los frutos de la serpiente que envenena todo lo que muerde.

El sedevacantismo visceral, para que me entienda, si es que todavía le queda algo materia gris, se basa en el principio erróneo y dogmatizante que hace al Papa infalible siempre, más allá de cuando el habla ex cathedra, de no ser así se anula la misma definición de la Pastor Aeternus, y esto es lo que hacen sin darse cuenta, tanto los papólatras antisedevacantistas viscerales, como los papólatras sedevacantistas viscerales thucistas, pues parten del mismo principio; Pighi que no admite que un Papa pueda defeccionar en la fe fue refutado por Melchor Cano, rotunda y paladinamente y San Alfonso María de Ligorio también lo hace. Espero que relea con inteligencia y calma lo escrito en la Consideración Teológica sobre la Sede Vacante, para que se instruya un poquito más y deje su pedantería, cual es lo propio de un novato que planea en la atrevida ignorancia.

No tergiverse los hechos, pues la ordenación de Darovis se trataba que la hiciera Mons. Williamson en su momento; después el P. Darovis terminó en EEUU y ahí fue cuando le dije que tuviera cuidado.
Le aclaro que con respecto a Pío, yo no formé a nadie, el curso de Metafísica, era para el Padre Altamira que me lo había pedido incluso antes de salirse de la Fraternidad y después que se salió, vino para que se lo dictara y de paso trajo a Pío para que aprovechara, cosa que es muy distinta; si usted tergiversa estos hechos, es capaz de cualquier cosa.

Usted no puede interpretar los hechos a su acomodo, eso es desvirtuar las cosas.

La línea de su obispillo Squetino, viene de la línea más espuria a través del veterocatólico Datessen, Mamistra y de obispos casados para colmo como Gastón López y Urbina; esta línea es la más cuestionada del linaje de Ngo Dinh Thuc, pues los mismos thucistas dicen lo siguiente por si no lo sabía: “Hay otra línea que es la más escandalosa, la que procede a partir del obispo Jean de Mamistra, consagrado por Pierre Salle. Mamistra sostenía, y hay pruebas documentadas de ello en carta enviada a Mons. Carmona, que podían ser ordenados y consagrados seglares casados; por eso esta es la línea más escandalosa, la cual debemos evitar a toda costa, con ellos no puede haber unidad, pues han caído realmente en un escándalo. El Obispo Jean de Mamistra consagró a Patrick Broucke de Tralles y a Gastón López, de EEUU, quien fue casado, con matrimonio eclesiástico, que la esposa tiene hijos. Tanto él, como Mons. De Mamistra, han sostenido que es posible que seglares casados puedan ser obispos, argumentando queen tiempo de necesidad, prácticamente todo es lícito. Gastón López, a su vez consagró a Francisco Ripoll, de México, a Guido Alarcón, de Bolivia, casado y con hijos y a Urbina Aznar, también casado. No hace mucho Urbina Aznar consagró a José Squetino, él reside en Jalisco y ha proporcionado una división más en Guadalajara, engañando a los fieles con un escandaloso e híbrido episcopado” (Revista del grupo de Trento).  Y como es sabido, Datessen fue consagrado por Ngo Dinh Thuc un año después de haber consagrado a Guérard des Lauriers, luego aquel consagra a Pierre Salle y ésta a Mamistra. Y Datassen, Pierre Salle y Mamistra, eran veterocatólicos y esto para usted, no implica ni cisma ni herejía y la línea más legitima y pura.
Así, tenemos que Ngo Dinh Thuc tanto antes como después de consagrar a Guérard des Lauriers como a Zamora y Carmona, consagró a cismáticos y herejes veterocatólicos; luego si no estaba loco o medio loco, era un cismático y un hereje y ahora resulta para usted y todos los thucistas, que los sacrílegos, cismáticos y herejes no son todos estos sino Mons. Lefebvre y Mons. De Castro Mayer; habrase visto mayor aberración?, habrá que estar ciego para no verlo u obcecado para no darse cuenta.

La idea del conclavismo no puede ser más cismática, que hasta la mayoría de los thucistas la repugnan.

Y espero que ponga esta carta respuesta en el mismo sitio donde puso su refutación, y esto bajo la exigencia del derecho de réplica.

Esperando que la gracia de Dios y su Luz divina lo ilumine sacándolo, si es que está de buena fe, del error.


P. Basilio Méramo
Bogotá, 17 de Abril de 2018

Pd/. Le adjunto a continuación, las actas del Concilio que dan cuenta de las propuestas de Mons. Thuc.

martes, 3 de abril de 2018


EL ATAQUE FRONTAL CONTRA MONS. LEFEBVRE ORQUESTADO POR GUÉRARD DES LAURIERS, EL GRAN ARTÍFICE DEL LINAJE DUDOSO DESCENDIENTE DE MONS. THUC


He aquí algunos textos entresacados de la entrevista del P, Guérard des Lauriers de 1986 publicada por la revista Sodalitium en su edición del 30 de Marzo de 2016, en los cuales se acusa a Mons. Lefebvre de sacrílego, cismático y hereje.

Todos los ataques de los thucistas guerardianos o no, se reducen a lo que Guérard des Lauriers afirma en contra de Mons. Lefebvre, con lo cual pudre la Tradición.
Así pues, se impone que los fieles deben de saber en qué términos el P, Guérard des Lauriers se expresaba acerca de Mons. Lefebvre injuriándolo de los delitos más graves como son el sacrilegio, el cisma y la herejía, y todo por no plegársele, en su errada visión categórica dogmático visceral que exigía apodícticamente declarar la Sede Vacante a lo bruto, como el P. Guérard des Lauriers pretendía que hiciera Mons. Lefebvre. Tenemos así, que el gran San Atanasio del siglo XX, Mons. Lefebvre, gracias al cual la Misa Tridentina no fue barrida y aún subsiste, viene a ser el gran sacrílego, cismático y herético para el P Guérard des Lauriers.

Es más, si no hubiera sido por la reputación de Guérard des Lauriers, Mons. Ngo Dinh Thuc hubiera pasado desapercibido para el mundo de la Tradición, pues aquel, aprovechándose de la situación, logra hacerse consagrar Obispo y en plena rebelión contra la autoridad episcopal de Mons. Lefebvre, y Don Antonio de Castro Mayer, para oponérseles contrarrestándoles, y fraguar la imagen de que Mons. Thuc era un tradicionalista integérrimo, baluarte de la tradición aún más que los mismos Mons. Lefebvre y Mons. de Castro Mayer, cuando en realidad era un obispo liberal y modernista, tal como se puede ver por su proceder en el Concilio Vaticano II, según consta en las actas del mismo, reivindicando para las mujeres su participación como ministras en el ámbito religioso y al que no le importaba consagrar a cualquiera aunque fuera un cismático o hereje, tal como de hecho aconteció con las reiteradas consagraciones que hizo con veterocatólicos.


Todos los ataques posteriores que se hicieron a Mons. Lefebvre de parte de los thucistas, tienen su origen y se sintetizan en los que hiciera el P. Guérard des Lauriers; él es el verdadero responsable de toda esta gran confusión que aún hoy perdura y que divide la verdadera Tradición Católica que resiste a Roma Apóstata devenida en la Babilonia Apocalíptica, la Babilonia la Grande, la madre de los fornicarios y de las abominaciones de la tierra, con vertida en el Gran Panteón de todas las falsas religiones de la tierra, pues ha venido a ser albergue de demonios y refugio de toda ave impura y aborrecible, porque del vino de su furiosa fornicación bebieron todas las naciones, con ella fornicaron los reyes de la tierra, y de la cual hay que salir para no ser solidario de sus pecados y no participar de sus plagas. Roma Apóstata, sede del Anticristo (Religioso) como dice Nuestra Señora de la Salette, está ya sentenciada: Ay, ay de la ciudad grande de Babilonia nos dice San Juan.

Todos los thucistas, guerardianos o no, tienen un mismo denominador común, denigrar a Mons Lefebvre, acusándolo de cismático y de hereje, ataque que supera incluso a los de los mismos modernistas; y hoy ante la decadente neofraternidad que traiciona a la Tradición y a la que el mismo Mons. Lefebvre no les sirve más que de pantalla, estos se erigen como los únicos verdaderos, legítimos tradicionalistas, gracias a la sucesión apostólica de Mons. Ngo Dinh Thuc.
Estos son algunos de los textos que así lo prueban:

“Desde hace diez años por lo menos, se enseña en Ecône, se repite e impone a los fieles de los prioratos, y a los niños (inocentes y sin defensa) que frecuentan las escuelas dirigidas por la Fraternidad San Pío X, que el Magisterio es infalible solamente si el Papa habla ‘ex cathedra’. Esto equivale a negar la infalibilidad del Magisterio ordinario universal, la cual es sin embargo afirmada por toda la Tradición, particularmente por el Vaticano I. El ‘Lefebvrismo’ difunde entonces la herejía, a fin de poder proclamar que Mons. Wojtyla es verdaderamente Papa y de poder así guardar los sufragios de los fieles generosos, que se lleva por el camino del infierno en lugar de declararles la Verdad”.

“La Misa tradicional tal como la celebran Mons. Lefebvre y los sacerdotes ordenados por él, esa Misa celebrada una cum Wojtyla, está, quiera lo que quiera el celebrante, objetivamente manchada por una doble impureza que resulta del sacrilegio y cisma capital (cf. 5). La Misa perpetuada por la 
‘Fraternidad San Pío X’ no es, no puede ser, la Oblatio Munda”. Así que no es ni puede ser la oblación pura, con lo

“La viciosidad principal del ‘Lefebvrismo’ consiste en una radical duplicidad, la cual inocula la herejía”.

“Mons. Lefebvre tiene un habitus de la duplicidad tan extraordinario que lo empuja cínicamente a afirmar lo contradictorio”.

cual es peor que la Nueva Misa a la que no ha llegado a considerarla en esos términos.

“Si Mons. Lefebvre no hubiese profanado la Misa tradicional exigiendo que sea celebrada una cum Wojtyla, yo no hubiese siquiera soñado recibir, ni menos todavía conferir, el Episcopado”.

“Mons. Lefebvre, al afirmar que Mons. Wojtyla es papa e intimar a los fieles a no examinar la cuestión, hace imposible afirmar con certeza que él mismo forme parte de la Iglesia fundada por Jesucristo. Por cierto hay que desearlo y se puede suponerlo, pero es imposible estar seguro. La misma incertidumbre afectaría evidentemente la pertenencia a la Iglesia de un Obispo consagrado por Mons. Lefebvre, mientras este continúe reconociendo y exigiendo reconocer que Wojtyla está investido de la suprema Autoridad”.

“Si con ocasión de una eventual Consagración Mons. Lefebvre no declarase públicamente el rechazo de su posición actual, e incluso si exteriormente no reafirmase reconocer a Wojtyla como el Vicario de Jesucristo en acto; entonces, la duplicidad que emplea sistemáticamente exigiría temer el peor de los compromisos. Tales ‘Consagraciones’ estarían ordenadas, satánica y magistralmente, a asegurar mejor la integración [‘alliement’] de la falange ‘tradicional’ en la ‘iglesia’ oficial”.

“...con el fin de (aparentar) justificar la celebración una cum Wojtyla, los Econianos no dudan en afirmar y difundir el error, es decir, que corrompen la Fe de los fieles inoculándoles la herejía”.

“Mons. de Castro Mayer, al menos en la práctica, no hace más que seguir a Mons. Lefebvre”.

“Ahora bien, actualmente, los únicos Obispos de los cuales es seguro que forman parte de la Iglesia militante (Cuerpo Místico de Cristo subsistente en la tierra) son aquellos que ‘proceden’ de Mons. Ngo-Dinh-Thuc; en efecto, ellos son unánimes (a diferencia de Mons. Lefebvre y de Mons. de Castro Mayer) en afirmar la vacancia al menos formal de la Sede Apostólica”.

El P. Guérard des Lauriers cae bajo sus mismos parámetros sin percatarse, al juzgar erróneamente a Mons. Lefebvre de sacrílego, cismático y herético, pues no se da cuenta que al recibir de Ngo Dinh Thuc la consagración episcopal, se mancha de herejía y cisma, ya que Mons. Thuc consagró a cismáticos y herejes veterocatólicos que ya lo eran. En el furor de su chifladura quijotesca, Guérard des Lauriers no se percata de que al ser consagrado por Ngo Dinh Thuc, se hace hereje y cismático por haberla contraído de manos de un obispo que consagra a veterocatólicos.

Si se mira bien, fue el P Guérard des Lauriers, el que potenció y revalidó la imagen falsa de Mons. Ngo Dinh Thuc como obispo tradicionalista y que lo redimió con su prestigio de sus desvaríos y dado esto, contaminó la tradición, desviándola y desvirtuándola y creando una dialéctica infernal que aún hoy divide y además desprestigia la imagen de Mons. Lefebvre. Si se hace abstracción de las consagraciones de los padres des Lauriers, Zamora y Carmona, nadie hubiera tomado en serio a Mons. Ngo Dinh Thuc y habría pasado a la historia como un obispo que desvaría al lado de los del Palmar de Troya y los veterocatólicos, ni siquiera habría sido considerado un tradicionalista.
Es así que el P. Guérard des Lauriers es el verdadero responsable de toda esta división por no aceptar la autoridad de Mons. Lefebvre; además se le llena la boca hablando de la Oblatio Munda, para denostar a Mons. Lefebvre como sacrílego, además de cismático y hereje, diciendo que sus misas están manchadas, cuando él no se percata que con su falsa teoría de materialiter et formaliter, está al menos admitiendo que dice la Misa Una Cum materialiter, con lo cual la acusación que le hace a Mons. Lefebvre, le cae encima, por estar materialmente con el Papa hereje.

P. Basilio Méramo Bogotá, 
Lunes de Pascua 2 de Abril de 2018

lunes, 19 de marzo de 2018


EXTRAÑO PENSAMIENTO DE UN SUPUESTO TRADICIONALISTA Y SU CEREBRO GRIS EL P. GUÉRARD DES LAURIERS                                                                                                                                    UN                                                                                      
¿De quién se trata? De Monseñor Ngo Dinh Thuc, por asombroso que parezca.

Sobre los no católicos dice el artículo aparecido en Sursum Corda (blog desaparecido por presiones de los sacerdotes thucistas de Vedia -  Argentina), “El estado Mental” de Mons, Ngo Dinh Thuc; extraído del Libro “Lo Sacro y lo Profano” del P. Kelly y basado en lo que dijera el P. Cekada antes de cambiar de posición.
Veamos algunos pasajes y citaciones al respecto que revelan el perfil de un Mons. Thuc muy distinto del que se nos ha presentado y que no son los de un paladín de la Tradición Católica.
Sobre su actuación en el Concilio Vaticano II.
“Asistió al Concilio Vaticano II y pronunció un discurso ante los Padres del Concilio el 30 de septiembre de 1963. Habló sobre el tema de ‘la Iglesia’. El ‘Diario del Concilio’ brinda un resumen de lo que dijo, que revela sus tendencias liberales: ‘El Arzobispo Ngo Dinh Thuc, hermano del presidente de Vietnam, Ngo Dinh Diem, se quejó de que el esquema no proporcionaba una adecuada presentación de la Iglesia para los no cristianos. El resultado, dijo, es que la Iglesia seguirá siendo, para los no cristianos, un organismo casi ininteligible. Hizo una fuerte recomendación para que los jefes de las religiones no cristianas fuesen invitados al Concilio como observadores’. Council Daybook, Vatican II, Sessions I & 2, Washington, D.C., National Catholic Welfare Conference, 1965, p. 151”.
Más adelante leemos en misma publicación de Sursum Corda en el artículo del P. Kelly donde afirma sobre el mismo tema: El obispo Gilles Barthe era obispo del Novus Ordo de Fréjus-Toulon. El arzobispo Thuc se estableció en su diócesis un tiempo después del fiasco del Palmar en España. El obispo Gilles aparentemente recibió al arzobispo Thuc con cierta benevolencia. Y mientras estuvo en la diócesis era costumbre del arzobispo Thuc concelebrar la Nueva Misa con Barthe los Jueves Santos. Thuc también regularmente asistía a la Nueva Misa. Porque, contrariamente al mito que ha sido creado por los defensores de las consagraciones de Thuc, el arzobispo Thuc era realmente un obispo muy liberal del Novus Ordo. Sus intervenciones en el Vaticano II muestran que era un liberal y sus memorias muestran que era un modernista.
En el concilio declaró que estaba muy consolado por la presencia de los protestantes. Pero al mismo tiempo dijo que era un ‘escándalo ante todo el mundo’ que ‘los jefes de las religiones no cristianas’ no hubieran sido invitados. Mientras él hablaba, el arzobispo de Diamantina le indicó que aquéllos habían sido, de hecho, invitados. Entonces Thuc se disculpó diciendo: ‘He tratado de abrir una puerta que ya estaba abierta’.
No es, por lo tanto, sorprendente que el arzobispo Thuc concelebrara la Nueva Misa con el obispo Barthe tres semanas antes de la consagración del P. Guérard des Lauriers. Esto sucedió el Jueves Santo 15 de abril de 1981. Consagró al P. des Lauriers en mayo. Cinco meses después Thuc consagró a los padres Carmona y Zamora. Luego, el 24 de enero de 1982, el obispo Barthe publicó una declaración cuestionando la validez de las consagraciones de Guérard des Lauriers, Carmona y Zamora. Mencionaba el estado mental de Thuc como una de sus razones para cuestionar la validez de las consagraciones. Su declaración fue publicada en ‘La Documentation Catholique’, nº 1824, del 21 de febrero de 1982”.
A propósito de su posición sobre las mujeres en la Liturgia, Monseñor Thuc hizo esta extraña proposición:
“... me parece algo extraordinario que en el esquema concerniente al pueblo de Dios, no está hecha una mención expresa a las mujeres, por lo que la Iglesia parece totalmente masculina, mientras que la realidad es muy diferente. ¿Acaso las mujeres no constituyen la mayor parte de los laicos, incluso de la humanidad? ¿No es así que las mujeres sufren muchas prescripciones eclesiásticas molestísimas e injustas? Por supuesto que bien sé que la Iglesia tuvo que comportarse así para no ofender a los prejuicios de esas edades. Así, San Pablo impuso el velo sobre las mujeres en la Iglesia, no sea que disgusten a los Ángeles. Entonces, ¿por qué los hombres deben entrar con orgullo en la Iglesia, descubiertos, que es contrario a la costumbre de los clérigos hoy en día, tanto en Occidente como en Oriente?
De la misma manera, el silencio se impone a las mujeres, mientras que en los muros de esta basílica resonaron recientemente a las voces de los Padres. Así que, las monjas deben obtener el permiso de las Iglesias para lavar los lienzos sagrados. Y además esta injusta discriminación aparece aquí y ahora en esta sala conciliar... ¿ por qué es que en nuestra era atómica, cuando casi en todas partes del mundo las mujeres han obtenido la igualdad jurídica con los hombres, es sólo en la Iglesia de Cristo que todavía sufren estas discriminaciones perjudiciales... Busco ansiosamente... que estas discriminaciones contra el sexo más valeroso sean erradicadas. Por último, le agradeceré a aquel que me pueda presentar con un texto llano apodíctico del evangelio, que excluya a las hermanas de la Santísima Virgen María de las funciones sagradas”. (Acta Synodalia Vaticani II, Vol. 2, parte 3, p. 513)”.

Sobre sus ambiciones de poder y de canonjías.

“El autor Hilaire du Berrier señala que en 1955, el Primado de Saigón se quedó vacante, y Mons. Ngo, el hermano de Diem, quien por entonces tenía una fuerza poderosa en la política vietnamita, trató de asegurar el nombramiento para él: el siguiente movimiento de Diem fue pedir el capelo cardenalicio para su hermano.
La reacción a esa petición fue destacada por Francia-Soir del 26 de octubre, dos días después del amañado plebiscito: ‘La única sombra en la escena para el Sr. Diem, es paradójicamente la actitud del Vaticano’. El Vaticano acaba de nombrar obispo de Saigón, no el candidato del Sr. Diem, que es su propio hermano Mons. Thuc, sino un sacerdote desconocido llamado Hien (...) Diem protestó y Monseñor Thuc abordó un avión para Roma.
Francia-Soir del 29 de diciembre de 1955, contó cómo, mientras esperaba el resultado de la apelación directa de Thuc al Vaticano para anular el nombramiento de Hien, la orden papal nombrando a Hien Vicario Apostólico de Saigón fue retenida por las autoridades postales de Diem, su sello roto, y la orden papal fotocopiada. ‘El Vaticano mantuvo su decisión’, escribió France-Soir, ‘y los censores vietnamitas suspendieron el anuncio de la elevación de Hien durante varias semanas, hasta que los sacerdotes anunciaron la noticia en los púlpitos de Meir y el mismo Hien usó la palabra excomunión en relación con Diem’ ”. (Dos Obispos en cada Garaje).

Sobre su ambición Papal.

“El Sr. du Berrier cita un interesante artículo de Georges Menant en París Match (23 de noviembre de 1963) que habla de cómo se dividió el poder en la familia Ngo y de lo que se decía que eran las ambiciones de Mons. Ngo en la Iglesia: ‘para Diem fue el poder, escribió el Señor Menant, para Nhu la policía, … a Luyen la diplomacia y el tráfico de arroz. La religión era el dominio de Thuc, el arzobispo, con sus vastas tierras y residencias personales rodeadas de baterías antiaéreas. Pero el capelo cardenalicio no estaba exento de la ambición de Thuc. Monseñor Thuc pretende convertirse en Papa. Nada menos.
Es costumbre del Vaticano elegir al Sumo Pontífice de entre los prelados de un país donde la mayoría católica es absoluta. Es por eso que Diem publicó estadísticas oficiales fingiendo que Vietnam era 70% católico, 20% budista y 10% diversas sectas.
La reclamación podría haber continuado si una delegación apostólica no hubiera llegado a la escena en medio de una celebración budista, y dicho delegado observó que, en su opinión, teniendo en cuenta la presencia budista a lo largo de la ruta, la cifra del 70 por ciento debería aplicarse a los fieles de las pagodas. Diem estaba furioso...”. (Dos Obispos en cada Garaje).  Todo esto lo dijo y escribió el P. Cekada, no lo olvidemos.

Sobre su tendencia comerciante.

“El P. Cekada también indica que el arzobispo Thuc tenía algo de un astuto hombre de negocios. Hay que recordar, sin embargo, que está prohibido a los clérigos, de acuerdo con el canon 142, ocuparse de negocios tanto personalmente como a través de otros, tanto para su propio beneficio como para el de otros. El P. Cekada cita a tal efecto el libro de Hilaire du Berrier, ‘Background to Betrayal. The Tragedy of Vietnam’ [Antecedentes de la Traición. La Tragedia de Vietnam]: ‘El Arzobispo Thuc... se repuso de su decepción por no haber recibido la diócesis de Saigón, y se metió con gusto en negocios, comprando casas de departamentos, almacenes, plantaciones de caucho y concesiones de madera. Cuando Thuc ponía sus ojos en alguna propiedad, los demás ofertantes desaparecían prudentemente... Los soldados, en vez de construir defensas, eran puestos a trabajar cortando madera para que el hermano Thuc la vendiera. Camiones y mano de obra del Ejército eran utilizados para construir edificios para él. Un comerciante de Saigón observó: ‘Como un hermano de Diem que era, sus pedidos [de Mons. Ngo] de donaciones sonaban como avisos de impuestos’ ”. 

Esto es, entre otras cosas, lo que el Padre Guérard des Lauriers, gracias a su prestigio y fama de teólogo, logró que se eclipsara sin que se manifestara lo que realmente era Mons. Ngo Dinh Thuc, ya que por los hechos se ve que era más un liberal modernista que un integérrimo tradicionalista como han pretendido pintárnoslo, al punto de llegar al desvarío total de parte de los thucistas, de hacer creer a los fieles que es la garantía única y exclusiva de la verdadera Tradición Católica y considerar a Mons. Lefebvre (el verdadero Atanasio del siglo XX) como un hereje, pues es lo que está afirmado en el libro “Misterio de Iniquidad” y cuyo prefacio es del P. Dolan en calidad de obispo thucista, en los siguientes términos: “Los enemigos denunciados sin cesar por San Pío X han pues continuado su trabajo de zapa modificando de una edición a otra los textos de la Verdad. No hay que sorprenderse que sacerdotes o monjes de edad hayan ya recibido una enseñanza falsa desde su formación religiosa. Tomemos un ejemplo, entre tantos otros: el rector del seminario francés en Roma, el padre Le Floch. Este profesor de seminario totalmente hereje, tenía por divisa reducir lo más posible la infalibilidad papal. Afirmaba en 1926: ‘La herejía que viene será la más peligrosa de todas; ella consiste en la exageración del respeto debido al Papa y la extensión ilegítima de su infalibilidad’. El P. Le Floch tuvo por alumno a un seminarista que llegaría a hablar de él más tarde: Mons. Marcel Lefebvre…”. Habría que ser un idiota útil o un canalla para decir esto sobre todo habiendo recibido de Mons. Lefebvre la ordenación sacerdotal.
Este es el punto crucial, pues se trata de la herejía que estamos viviendo hoy, y que es encabezada por el Vaticano II y Roma Apóstata; es un hecho.
Esto llevó a Mons. Lefebvre a decir que la visibilidad de la Iglesia no estaba en la Iglesia oficial: Esta historia de Iglesia visible de Don Gérard y del Sr. Madirán es infantil. Es increíble que se pueda hablar de Iglesia visible en relación a la Iglesia conciliar y en oposición con la Iglesia Católica que nosotros intentamos representar y seguir. No digo que seamos la Iglesia Católica. Nunca lo he dicho. Nadie puede acusarme de haber querido tomarme por un Papa. Pero, nosotros representamos de verdad la Iglesia Católica tal como era antes, puesto que seguimos eso que siempre ha hecho. Somos nosotros quienes tenemos las notas de la Iglesia visible: la unidad, la catolicidad, la apostolicidad, la santidad. Es eso lo que constituye la Iglesia visible”. (Fideliter n° 70, julio-agosto de 1989).
“No somos nosotros, sino los modernistas quienes salen de la Iglesia. En cuanto a decir ‘salir de la Iglesia visible’, es equivocarse asimilando Iglesia oficial a la Iglesia visible”. (Fideliter n° 66, noviembre-diciembre de 1988).
Es éste uno de los textos más importante de Mons. Lefebvre, incluso en sí mismo más importante que si hubiera declarado la Sede Vacante.  Y para remate, como afirmó Mons. Lefebvre: “Queda claro que somos nosotros quienes conservamos la unidad de la fe que desapareció en la Iglesia Oficial”. (Fideliter n° 66, noviembre-diciembre de 1988).
Esto es lo que no han entendido, ni aún los sucesores de Mons. Lefebvre y muchos miembros de la Fraternidad que piensan igual que los sedevacantistas viscerales, que un Papa legítimo canónicamente electo, no pueda claudicar en la fe; así es que los extremos se unen, tanto los sedevacantistas viscerales, como los antisedevacantistas  parten del mismo principio equivocado y esto ha sido en contra de lo que sostuvo siempre toda la teología de la Iglesia, hasta que llegó el único que rompió la concepción teológica, que fue Pighi 1490-1592 (que es citado en dicho libro tomándolo como principio y fundamento teológico en el que sustentan su posición), el cual ya había sido señalado por San Alfonso María de Ligorio ubicándolo en el error extremo y opuesto al de Lutero y Calvino.
Pighi ya fue rebatido por uno de los grandes teólogos del Concilio de Trento, Melchor Cano, por su novedad sin fundamento y en contra de la teología.
El principio de que un Papa podía defeccionar en la fe, había sido reconocido por todos los teólogos medievales y también por los Papas San León II 682-683, Adriano II 867-872, Inocencio III 1198-1216, los Concilios Ecuménicos VI (III de Constantinopla, 680-681), VII (II de Nicea, 787) y VIII (IV de Constantinopla, 869). El Papa Inocencio III dijo: “En cuanto que la fe me es necesaria, y si bien sólo tengo por juez a Dios por los demás pecados, sólo por el pecado cometido contra la fe puede la Iglesia juzgarme”. El Papa Adriano II leyó la frase de San Bonifacio (que está en los Decretales de Graciano): “Las culpas del Papa ningún mortal presuma redargüirle, porque todos juntos son por él juzgados y de nadie es él juzgado, salvo que se le sorprenda desviado de la fe”. Esta es la cabal y correcta inteligencia del adagio canónico: Prima Sede a nemine iudicatur, la primera Sede por nadie puede ser juzgada.
Los canonistas dicen:
Prümer en su manual de Iure Canonici: “Por la herejía cierta y notoria, el Papa pierde su potestad, los autores sin duda conjuntamente dicen”.
Regatillo en su Institutiones Iuris Canonici dando los motivos por los cuales un Papa puede perder el pontificado, dice: “A causa de la herejía pública y notoria ipso facto, es la sentencia más común, porque no es miembro de la Iglesia, luego menos puede ser su cabeza”.
Naz en el Tratado de Derecho Canónico, que tiene además como autores que a Clereq,  Lefebvre, Claeys  Bouvaert y Jombart, referente a la cesación del poder pontifical comentando el Canon 221, dice: “Además el poder del Papa cesaría como resultado de la demencia perpetua o la herejía formal. En el primero de los casos, el Papa, siendo incapaz de hacer un acto humano, sería por consecuencia incapaz de ejercer su jurisdicción. La ayuda de un Vicario no podría suplirlo, porque la infalibilidad y la primacía de jurisdicción no pueden ser delegadas. El segundo caso, según la doctrina, la más común, es teóricamente posible, por cuanto que el Papa obraría como doctor privado.  Dado que la Sede suprema no es juzgada por nadie (Can.1556), habría que concluir, por el hecho mismo y sin sentencia declaratoria, el Papa sería destronado. No hay de otra parte ejemplo, en la historia eclesiástica, que un verdadero Papa haya caído en la herejía formal, incluso en cuanto doctor privado”. Aunque según el autor no ha habido un caso tal en la historia, lo importante es que aun así y a pesar de todo admite el principio teológico y jurídico de que el Papa puede perder el pontificado por herejía formal.
Coronata en su Tratado de Institutiones Iurici Canonici también dice que se pierde el Pontificado por herejía notoria.
Vermeersch en Epítome Iuris Canonici, sobre la pérdida del pontificado, dice: “Cesa la potestad del Romano Pontífice por la muerte, renuncia libre y por la demencia cierta y perpetua, y por la herejía notoria”.
Entonces queda claro que jurídicamente y basados en la teología, para todos estos autores, un Papa pierde el pontificado por la herejía formal. Esto es lo que no aceptan tanto los sedevacantistas dogmático – viscerales (todos los thucistas incluido Guérard des Lauriers que ha inventado la tesis del Papa material y formal basado en una mediocre metafísica) como los antisedevacantistas (la actual cúpula y gran parte de sus o que fueron miembros de la Fraternidad San Pío X y que salieron.
El P. Guérard des Lauriers, siendo el responsable principal de todas las acusaciones de parte del Sedevacantismo bruto y duro, que nada tiene que ver con el único Sedevacantismo verdadero como conclusión teológica (y no como dogma de fe) cierta y evidente para los entendidos -quoad sapientes- (no para todos -non quoad ommibus-), dice denigrando de Mons. Lefebvre: “Ahora bien, actualmente, los únicos Obispos de los cuales es seguro que forman parte de la Iglesia militante (Cuerpo Místico de Cristo subsistente en la tierra) son aquellos que ‘proceden’ de Mons. Ngo-Dinh-Thuc; en efecto, ellos son unánimes (a diferencia de Mons. Lefebvre y de Mons. de Castro Mayer) en afirmar la vacancia al menos formal de la Sede”.
“Desde hace diez años por lo menos, se enseña en Ecône, se repite e impone a los fieles de los prioratos, y a los niños (inocentes y sin defensa) que frecuentan las escuelas dirigidas por la Fraternidad San Pío X, que el Magisterio es infalible solamente si el Papa habla ‘ex cathedra’. Esto equivale a negar la infalibilidad del Magisterio Ordinario Universal, la cual es sin embargo afirmada por toda la Tradición, particularmente por el Vaticano I I ”. Esta afirmación que le atribuye a Mons. Lefebvre es absolutamente falsa, y parte de la confusión que tiene el P. Guérard (y con él todos los sedevacantistas viscerales) del Magisterio Extraordinario del Papa sólo y del Magisterio Ordinario Universal de la Iglesia que no es del Papa sólo sino de Toda la Iglesia docente, es decir de todos los obispos incluido el Papa cuya cabeza es de todos, lo cual es un error garrafal e imperdonable en un hombre de Iglesia.
Y el P. Guérard continúa con sus ataques viscerales a Mons. Lefebvre diciendo: “La Misa tradicional tal como la celebran Mons. Lefebvre y los sacerdotes ordenados por él, esa Misa celebrada una cum Wojtyla, está, quiera lo que quiera el celebrante, objetivamente manchada por una doble impureza que resulta del sacrilegio y cisma capital. La Misa perpetuada por la “Fraternidad San Pío X” no es, no puede ser, la Oblatio Munda”.
No puede haber equivocación mayor que esta afirmación y eso está en la raíz del error del sedevacantismo visceral y dogmatizante que considera hereje a todo el que no lo asuma según su exótica forma de pensar.
Más adelante en la misma entrevista, atribuye a Mons. Lefebvre su desenfreno, afirmando esto: “Si Mons. Lefebvre no hubiese profanado la Misa tradicional exigiendo que sea celebrada una cum Wojtyla, yo no hubiese siquiera soñado recibir, ni menos todavía conferir, el Episcopado”. Ignora el P. Guérard des Lauriers que aun el mismo P. Franz Schmidberger en su momento me dijo a mí, que el una cum se decía sub conditione (bajo condición) en la Fraternidad, cuando le manifesté clara y abiertamente que no se podía estar en comunión nombrando a un Papa que profesa la herejía y que además está en cisma (ruptura) con toda la Tradición de la Iglesia, cosa que hoy quizás no diría, pero eso ya es harina de otro costal; con lo cual se ve como el P. Guérard de Lauriers era un obseso compulsivo que le hervía la sangre fanáticamente que ni se le ocurría siquiera pensar que  podía haber un una cum  sub conditione, sea explícita o implícitamente.
Y para rematar, el P. Guérard des Lauriers afirma de manera delirante en su entrevista: Si con ocasión de una eventual Consagración Mons. Lefebvre no declarase públicamente el rechazo de su posición actual, e incluso si exteriormente no reafirmase (no) reconocer a Wojtyla como el Vicario de Jesucristo en acto; entonces, la duplicidad que emplea sistemáticamente exigiría temer el peor de los compromisos. Tales consagraciones estarían ordenadas, satánica y magistralmente, a asegurar mejor la integración [‘ralliement’] de la falange ‘tradicional’ en la ‘Iglesia oficial’”. Si esto se da ahora en la Neo-Fraternidad, es por la traición a los principios y la actitud liberal de la combinazione (o componenda), y no por las causas que señala el P. Guérard.
 (Textos tomados de la Entrevista al P. Guérard des Lauriers. Sodalitium.  https://www.sodalitiumpianum.it/entrevista-a-monsenor-guerard-des-lauriers/ )
Como puede observarse, hay un propósito sistemático de atacar la obra de Monseñor Lefebvre y demolerla desde el principio, como parte del complot y la persecución contra la verdadera Iglesia visible, pretendiendo suplantarla, erigiéndose como la verdadera Iglesia militante y desviar las almas al error y al abismo. El Gran Golpe Maestro de Satanás es doble: por la obediencia  llevar a la desobediencia (la falsa obediencia) y además dividir a la Tradición que reacciona y resiste. La línea espuria de Mons. Thuc desgraciada y desapercibidamente conduce y realiza eso, se den o no se den cuenta de ello, pero por los frutos podemos juzgar. Duele decirlo, pero el P. Guérard des Lauriers no pudo hacer mejor obra de autodemolición de la Tradición que impugnando la pureza en la celebración de la Misa de Mons. Lefebvre, que fue el adalid de su defensa y preservación; paradójicamente Mons. Lefebvre ha sido más virulentamente atacado por estos supuestos tradicionalistas, que por los mismos progresistas y modernistas. Si esto no es una obra satánica, díganme ¿qué es?
No hay que olvidar que el mismo P Cekada, antes de aliarse con el thucismo que él detestaba, ya decía: “… ¿Podemos realmente tomar todo esto en serio y suponer que los ‘obispos’ involucrados en este tipo de marchas son el futuro de la Iglesia? Imposible. Incluso para referirse a ellos como ‘obispos católicos tradicionales’ da demasiada respetabilidad a todo el negocio, que es, en opinión de este escritor, muy irrespetuoso de hecho”.
Y dos párrafos más adelante: “la historia no terminará aquí, es probable que los ‘obispos’ instantáneos continuarán multiplicándose exponencialmente, como entre los ‘viejos católicos’”. (Dos Obispos en cada Garaje).


P. Basilio Méramo
Bogotá, 19 de Marzo de 2018
En la Fiesta del Glorioso San José,
Patrono y Gran Protector de la Iglesia