EXTRAÑO
PENSAMIENTO DE UN SUPUESTO TRADICIONALISTA Y SU CEREBRO GRIS EL P. GUÉRARD DES LAURIERS
UN
¿De quién se
trata? De Monseñor Ngo Dinh Thuc, por asombroso que parezca.
Sobre los no católicos dice el artículo
aparecido en Sursum Corda (blog desaparecido por presiones de los sacerdotes
thucistas de Vedia - Argentina), “El estado Mental” de Mons, Ngo Dinh Thuc;
extraído del Libro “Lo Sacro y lo Profano” del P. Kelly y basado en lo que
dijera el P. Cekada antes de cambiar de posición.
Veamos algunos pasajes y citaciones al respecto que revelan
el perfil de un Mons. Thuc muy distinto del que se nos ha presentado y que no
son los de un paladín de la Tradición Católica.
Sobre su actuación en el Concilio Vaticano II.
“Asistió
al Concilio Vaticano II y pronunció un discurso ante los Padres del Concilio el
30 de septiembre de 1963. Habló sobre el tema de ‘la Iglesia’. El ‘Diario del
Concilio’ brinda un resumen de lo que dijo, que revela sus tendencias
liberales: ‘El Arzobispo Ngo Dinh Thuc,
hermano del presidente de Vietnam, Ngo Dinh Diem, se quejó de que el esquema no
proporcionaba una adecuada presentación de la Iglesia para los no
cristianos. El resultado, dijo, es que la Iglesia seguirá siendo,
para los no cristianos, un organismo casi ininteligible. Hizo una fuerte
recomendación para que los jefes de las religiones no cristianas fuesen
invitados al Concilio como observadores’. Council Daybook, Vatican II,
Sessions I & 2, Washington, D.C., National Catholic Welfare Conference, 1965, p. 151”.
Más adelante leemos en misma publicación de Sursum Corda en
el artículo del P. Kelly donde afirma sobre el mismo tema: “El
obispo Gilles Barthe era obispo del Novus Ordo de Fréjus-Toulon. El arzobispo
Thuc se estableció en su diócesis un tiempo después del fiasco del Palmar en
España. El obispo Gilles aparentemente recibió al arzobispo Thuc con cierta
benevolencia. Y mientras estuvo en la diócesis era costumbre del arzobispo Thuc
concelebrar la Nueva Misa con Barthe los Jueves Santos. Thuc también
regularmente asistía a la Nueva Misa. Porque, contrariamente al mito
que ha sido creado por los defensores de las consagraciones de Thuc, el
arzobispo Thuc era realmente un obispo muy liberal del Novus Ordo. Sus
intervenciones en el Vaticano II muestran que era un liberal y sus memorias
muestran que era un modernista.
En
el concilio declaró que estaba muy consolado por la presencia de los
protestantes. Pero al mismo tiempo dijo que era un ‘escándalo ante todo el
mundo’ que ‘los jefes de las religiones no cristianas’ no hubieran sido
invitados. Mientras él hablaba, el arzobispo de Diamantina le indicó que
aquéllos habían sido, de hecho, invitados. Entonces Thuc se disculpó diciendo:
‘He tratado de abrir una puerta que ya estaba abierta’.
No
es, por lo tanto, sorprendente que el arzobispo Thuc concelebrara la Nueva
Misa con el obispo Barthe tres semanas antes de la consagración del P.
Guérard des Lauriers. Esto sucedió el Jueves Santo 15 de abril de 1981.
Consagró al P. des Lauriers en mayo. Cinco meses después Thuc consagró a los
padres Carmona y Zamora. Luego, el 24 de enero de 1982, el obispo Barthe
publicó una declaración cuestionando la validez de las consagraciones de
Guérard des Lauriers, Carmona y Zamora. Mencionaba el estado mental de Thuc
como una de sus razones para cuestionar la validez de las consagraciones. Su declaración
fue publicada en ‘La Documentation
Catholique’, nº 1824, del 21 de febrero de 1982”.
A propósito de su posición sobre
las mujeres en la Liturgia, Monseñor Thuc hizo esta extraña proposición:
“... me parece algo
extraordinario que en el esquema concerniente al pueblo de Dios, no está hecha
una mención expresa a las mujeres, por lo que la Iglesia parece totalmente
masculina, mientras que la realidad es muy diferente. ¿Acaso las mujeres no
constituyen la mayor parte de los laicos, incluso de la humanidad? ¿No es así
que las mujeres sufren muchas prescripciones eclesiásticas molestísimas e
injustas? Por supuesto que bien sé que la Iglesia tuvo que comportarse así para
no ofender a los prejuicios de esas edades. Así, San Pablo impuso el velo sobre
las mujeres en la Iglesia, no sea que disgusten a los Ángeles. Entonces, ¿por
qué los hombres deben entrar con orgullo en la Iglesia, descubiertos, que es
contrario a la costumbre de los clérigos hoy en día, tanto en Occidente como en
Oriente?
De la misma manera, el
silencio se impone a las mujeres, mientras que en los muros de esta basílica
resonaron recientemente a las voces de los Padres. Así que, las monjas deben
obtener el permiso de las Iglesias para lavar los lienzos sagrados. Y además
esta injusta discriminación aparece aquí y ahora en esta sala conciliar... ¿ por
qué es que en nuestra era atómica, cuando casi en todas partes del mundo las
mujeres han obtenido la igualdad jurídica con los hombres, es sólo en la
Iglesia de Cristo que todavía sufren estas discriminaciones perjudiciales... Busco
ansiosamente... que estas discriminaciones contra el sexo más valeroso sean
erradicadas. Por último, le agradeceré a aquel que me pueda presentar con un
texto llano apodíctico del evangelio, que excluya a las hermanas de la
Santísima Virgen María de las funciones sagradas”. (Acta Synodalia Vaticani
II, Vol. 2, parte 3, p. 513)”.
Sobre sus ambiciones de poder y de canonjías.
“El autor Hilaire du Berrier
señala que en 1955, el Primado de Saigón se quedó vacante, y Mons. Ngo, el
hermano de Diem, quien por entonces tenía una fuerza poderosa en la política
vietnamita, trató de asegurar el nombramiento para él: el siguiente movimiento
de Diem fue pedir el capelo cardenalicio para su hermano.
La reacción a esa petición
fue destacada por Francia-Soir del 26 de octubre, dos días después del amañado
plebiscito: ‘La única sombra en la escena para el Sr. Diem, es paradójicamente
la actitud del Vaticano’. El Vaticano acaba de nombrar obispo de Saigón, no el
candidato del Sr. Diem, que es su propio hermano Mons. Thuc, sino un sacerdote
desconocido llamado Hien (...) Diem protestó y Monseñor Thuc abordó un avión
para Roma.
Francia-Soir del 29 de
diciembre de 1955, contó cómo, mientras esperaba el resultado de la apelación
directa de Thuc al Vaticano para anular el nombramiento de Hien, la orden papal
nombrando a Hien Vicario Apostólico de Saigón fue retenida por las autoridades
postales de Diem, su sello roto, y la orden papal fotocopiada. ‘El Vaticano
mantuvo su decisión’, escribió France-Soir, ‘y los censores vietnamitas suspendieron
el anuncio de la elevación de Hien durante varias semanas, hasta que los
sacerdotes anunciaron la noticia en los púlpitos de Meir y el mismo Hien usó la
palabra excomunión en relación con Diem’ ”. (Dos Obispos en cada
Garaje).
Sobre su ambición Papal.
“El Sr. du Berrier cita un
interesante artículo de Georges Menant en París Match (23 de noviembre de 1963)
que habla de cómo se dividió el poder en la familia Ngo y de lo que se decía
que eran las ambiciones de Mons. Ngo en la Iglesia: ‘para Diem fue el poder,
escribió el Señor Menant, para Nhu la policía, … a Luyen la diplomacia y el
tráfico de arroz. La religión era el dominio de Thuc, el arzobispo, con sus
vastas tierras y residencias personales rodeadas de baterías antiaéreas. Pero
el capelo cardenalicio no estaba exento de la ambición de Thuc. Monseñor Thuc
pretende convertirse en Papa. Nada menos.
Es costumbre del Vaticano
elegir al Sumo Pontífice de entre los prelados de un país donde la mayoría
católica es absoluta. Es por eso que Diem publicó estadísticas oficiales
fingiendo que Vietnam era 70% católico, 20% budista y 10% diversas sectas.
La reclamación podría haber
continuado si una delegación apostólica no hubiera llegado a la escena en medio
de una celebración budista, y dicho delegado observó que, en su opinión,
teniendo en cuenta la presencia budista a lo largo de la ruta, la cifra del 70
por ciento debería aplicarse a los fieles de las pagodas. Diem estaba
furioso...”. (Dos Obispos en cada Garaje). Todo esto lo dijo y escribió el P. Cekada, no lo olvidemos.
Sobre su tendencia comerciante.
“El
P. Cekada también indica que el arzobispo Thuc tenía algo de un astuto hombre
de negocios. Hay que recordar, sin embargo, que está prohibido a los clérigos,
de acuerdo con el canon 142, ocuparse de negocios tanto personalmente como a
través de otros, tanto para su propio beneficio como para el de otros. El P.
Cekada cita a tal efecto el libro de Hilaire du Berrier, ‘Background to Betrayal. The Tragedy of
Vietnam’ [Antecedentes de la Traición. La Tragedia de
Vietnam]: ‘El Arzobispo Thuc... se repuso de
su decepción por no haber recibido la diócesis de Saigón, y se metió con gusto
en negocios, comprando casas de departamentos, almacenes, plantaciones de
caucho y concesiones de madera. Cuando Thuc ponía sus ojos en alguna propiedad,
los demás ofertantes desaparecían prudentemente... Los soldados, en vez de
construir defensas, eran puestos a trabajar cortando madera para que el hermano
Thuc la vendiera. Camiones y mano de obra del Ejército eran utilizados para
construir edificios para él. Un comerciante de Saigón observó: ‘Como un hermano
de Diem que era, sus pedidos [de Mons. Ngo] de donaciones sonaban como avisos
de impuestos’ ”.
Esto es, entre otras cosas, lo que el Padre Guérard des
Lauriers, gracias a su prestigio y fama de teólogo, logró que se eclipsara sin
que se manifestara lo que realmente era Mons. Ngo Dinh Thuc, ya que por los
hechos se ve que era más un liberal modernista que un integérrimo
tradicionalista como han pretendido pintárnoslo, al punto de llegar al desvarío
total de parte de los thucistas, de hacer creer a los fieles que es la garantía
única y exclusiva de la verdadera Tradición Católica y considerar a Mons.
Lefebvre (el verdadero Atanasio del siglo XX) como un hereje, pues es lo que
está afirmado en el libro “Misterio de
Iniquidad” y cuyo prefacio es del P. Dolan en calidad de obispo thucista,
en los siguientes términos: “Los enemigos
denunciados sin cesar por San Pío X han pues continuado su trabajo de zapa
modificando de una edición a otra los textos de la Verdad. No hay que
sorprenderse que sacerdotes o monjes de edad hayan ya recibido una enseñanza
falsa desde su formación religiosa. Tomemos un ejemplo, entre tantos otros: el
rector del seminario francés en Roma, el padre Le Floch. Este profesor de
seminario totalmente hereje, tenía por divisa reducir lo más posible la
infalibilidad papal. Afirmaba en 1926: ‘La
herejía que viene será la más peligrosa de todas; ella consiste en la
exageración del respeto debido al Papa y la extensión ilegítima de su
infalibilidad’. El P. Le Floch tuvo por alumno a un
seminarista que llegaría a hablar de él más tarde: Mons. Marcel Lefebvre…”. Habría
que ser un idiota útil o un canalla para decir esto sobre todo habiendo
recibido de Mons. Lefebvre la ordenación sacerdotal.
Este es el punto crucial, pues se trata de la herejía que
estamos viviendo hoy, y que es encabezada por el Vaticano II y Roma Apóstata;
es un hecho.
Esto llevó a Mons. Lefebvre a decir que la visibilidad de la
Iglesia no estaba en la Iglesia oficial: “Esta historia de Iglesia visible de Don Gérard y del Sr.
Madirán es infantil. Es increíble que se pueda hablar de Iglesia visible en relación a la
Iglesia conciliar y en oposición con la Iglesia Católica que nosotros intentamos representar
y seguir. No digo que seamos la Iglesia Católica. Nunca lo he dicho. Nadie
puede acusarme de haber querido tomarme por un Papa. Pero, nosotros
representamos de verdad la Iglesia Católica
tal como era antes, puesto que seguimos eso que siempre ha hecho. Somos
nosotros quienes tenemos las notas de la Iglesia
visible: la unidad, la catolicidad, la apostolicidad, la santidad. Es eso
lo que constituye la Iglesia visible”.
(Fideliter n° 70, julio-agosto de 1989).
“No
somos nosotros, sino los modernistas quienes salen de la Iglesia. En cuanto a
decir ‘salir de la Iglesia visible’, es
equivocarse asimilando Iglesia oficial a la Iglesia visible”. (Fideliter n° 66, noviembre-diciembre de 1988).
Es éste uno de los textos más importante de Mons.
Lefebvre, incluso en sí mismo más importante que si hubiera declarado la Sede
Vacante. Y para remate, como afirmó
Mons. Lefebvre: “Queda claro que somos
nosotros quienes conservamos la unidad de la fe que desapareció en la Iglesia
Oficial”. (Fideliter n° 66, noviembre-diciembre de 1988).
Esto es lo que no han entendido, ni aún los sucesores de
Mons. Lefebvre y muchos miembros de la Fraternidad que piensan igual que los
sedevacantistas viscerales, que un Papa legítimo canónicamente electo, no pueda
claudicar en la fe; así es que los extremos se unen, tanto los sedevacantistas
viscerales, como los antisedevacantistas parten del mismo principio equivocado y esto ha sido en contra
de lo que sostuvo siempre toda la teología de la Iglesia, hasta que llegó el
único que rompió la concepción teológica, que fue Pighi 1490-1592 (que es
citado en dicho libro tomándolo como principio y fundamento teológico en el que
sustentan su posición), el cual ya había sido señalado por San Alfonso María de
Ligorio ubicándolo en el error extremo y opuesto al de Lutero y Calvino.
Pighi ya fue rebatido por uno de los grandes teólogos del
Concilio de Trento, Melchor Cano, por su novedad sin fundamento y en contra de
la teología.
El principio de que un Papa podía defeccionar en la fe, había
sido reconocido por todos los teólogos medievales y también por los Papas San
León II 682-683, Adriano II 867-872, Inocencio III 1198-1216, los Concilios
Ecuménicos VI (III de Constantinopla, 680-681), VII (II de Nicea, 787) y VIII (IV
de Constantinopla, 869). El Papa Inocencio III dijo: “En cuanto que la fe me es necesaria, y si bien sólo tengo por juez a
Dios por los demás pecados, sólo por el pecado cometido contra la fe puede la
Iglesia juzgarme”. El Papa Adriano II leyó la frase de San Bonifacio (que
está en los Decretales de Graciano): “Las
culpas del Papa ningún mortal presuma redargüirle, porque todos juntos son por
él juzgados y de nadie es él juzgado, salvo que se le sorprenda desviado de la
fe”. Esta es la cabal y correcta inteligencia del adagio canónico: Prima Sede a nemine iudicatur, la primera
Sede por nadie puede ser juzgada.
Los canonistas dicen:
Prümer en su manual de Iure Canonici: “Por la herejía cierta y notoria, el Papa pierde su potestad, los
autores sin duda conjuntamente dicen”.
Regatillo en su Institutiones Iuris Canonici dando los
motivos por los cuales un Papa puede perder el pontificado, dice: “A causa de la herejía pública y notoria ipso
facto, es la sentencia más común, porque no es
miembro de la Iglesia, luego menos puede ser su cabeza”.
Naz en el Tratado de Derecho Canónico, que
tiene además como autores que a Clereq,
Lefebvre, Claeys Bouvaert y
Jombart, referente a la cesación del poder pontifical comentando el Canon 221,
dice: “Además el poder del Papa cesaría
como resultado de la demencia perpetua o la herejía formal. En el primero de
los casos, el Papa, siendo incapaz de hacer un acto humano, sería por
consecuencia incapaz de ejercer su jurisdicción. La ayuda de un Vicario no
podría suplirlo, porque la infalibilidad y la primacía de jurisdicción no
pueden ser delegadas. El segundo caso, según la doctrina, la más común, es
teóricamente posible, por cuanto que el Papa obraría como doctor privado. Dado que la Sede suprema no es juzgada
por nadie (Can.1556), habría que concluir, por el hecho mismo y sin sentencia
declaratoria, el Papa sería destronado. No hay de otra parte ejemplo, en la
historia eclesiástica, que un verdadero Papa haya caído en la herejía formal,
incluso en cuanto doctor privado”. Aunque según el autor no ha habido un
caso tal en la historia, lo importante es que aun así y a pesar de todo admite
el principio teológico y jurídico de que el Papa puede perder el pontificado por herejía
formal.
Coronata en su Tratado de
Institutiones Iurici Canonici también dice que se pierde el Pontificado por
herejía notoria.
Vermeersch en Epítome Iuris Canonici, sobre
la pérdida del pontificado, dice: “Cesa
la potestad del Romano Pontífice por la muerte, renuncia libre y por la
demencia cierta y perpetua, y por la herejía notoria”.
Entonces queda claro que jurídicamente y
basados en la teología, para todos estos autores, un Papa pierde el pontificado
por la herejía formal. Esto es lo que no
aceptan tanto los sedevacantistas dogmático – viscerales (todos los thucistas
incluido Guérard des
Lauriers que ha inventado la tesis del Papa material y formal basado en una
mediocre metafísica) como los antisedevacantistas (la actual cúpula y gran
parte de sus o que fueron miembros de la Fraternidad San Pío X y que salieron.
El P. Guérard des Lauriers, siendo
el responsable principal de todas las acusaciones de parte del Sedevacantismo
bruto y duro, que nada tiene que ver con el único Sedevacantismo verdadero como
conclusión teológica (y no como dogma de fe) cierta y evidente para los
entendidos -quoad sapientes- (no para todos -non quoad ommibus-), dice denigrando de Mons. Lefebvre: “Ahora bien, actualmente, los únicos Obispos
de los cuales es seguro que forman parte de la Iglesia militante (Cuerpo
Místico de Cristo subsistente en la tierra) son aquellos que ‘proceden’ de
Mons. Ngo-Dinh-Thuc; en efecto, ellos son unánimes (a diferencia de Mons.
Lefebvre y de Mons. de Castro Mayer) en afirmar la vacancia al menos formal de
la Sede”.
“Desde
hace diez años por lo menos, se enseña en Ecône, se repite e impone a los fieles de los prioratos, y a los
niños (inocentes y sin defensa) que frecuentan las escuelas dirigidas por la
Fraternidad San Pío X, que el Magisterio es infalible solamente si el Papa habla ‘ex cathedra’. Esto equivale a
negar la infalibilidad del Magisterio Ordinario Universal, la cual es sin
embargo afirmada por toda la Tradición, particularmente por el Vaticano I I ”. Esta afirmación que le atribuye a Mons. Lefebvre es absolutamente
falsa, y parte de la confusión que tiene el P. Guérard (y con él todos los sedevacantistas
viscerales) del Magisterio Extraordinario del Papa sólo y del Magisterio
Ordinario Universal de la Iglesia que no es del Papa sólo sino de Toda la
Iglesia docente, es decir de todos los obispos incluido el Papa cuya cabeza es
de todos, lo cual es un error garrafal e imperdonable en un hombre de Iglesia.
Y el P. Guérard continúa con
sus ataques viscerales a Mons. Lefebvre diciendo: “La Misa tradicional tal como la celebran Mons. Lefebvre y los
sacerdotes ordenados por él, esa Misa celebrada una
cum Wojtyla, está, quiera lo que quiera el
celebrante, objetivamente manchada por una
doble impureza que resulta del sacrilegio y cisma capital. La Misa perpetuada
por la “Fraternidad San Pío X” no es, no puede ser, la Oblatio
Munda”.
No puede
haber equivocación mayor que esta afirmación y eso está en la raíz del error
del sedevacantismo visceral y dogmatizante que considera hereje a todo el que
no lo asuma según su exótica forma de pensar.
Como puede observarse, hay un propósito sistemático de atacar
la obra de Monseñor Lefebvre y demolerla desde el principio, como parte del
complot y la persecución contra la verdadera Iglesia visible, pretendiendo
suplantarla, erigiéndose como la verdadera Iglesia militante y desviar las
almas al error y al abismo. El Gran Golpe Maestro de Satanás es doble: por la
obediencia llevar a la
desobediencia (la falsa obediencia) y además dividir a la Tradición que reacciona
y resiste. La línea espuria de Mons. Thuc desgraciada y desapercibidamente
conduce y realiza eso, se den o no se den cuenta de ello, pero por los frutos podemos
juzgar. Duele decirlo, pero el P. Guérard des Lauriers no
pudo hacer mejor obra de autodemolición de la Tradición que impugnando la
pureza en la celebración de la Misa de Mons. Lefebvre, que fue el adalid de su
defensa y preservación; paradójicamente Mons. Lefebvre ha sido más
virulentamente atacado por estos supuestos tradicionalistas, que por los mismos
progresistas y modernistas. Si esto no es una obra satánica, díganme ¿qué es?
No hay que olvidar que el mismo P Cekada, antes de aliarse
con el thucismo que él detestaba, ya decía: “… ¿Podemos realmente tomar todo esto en serio y suponer que los ‘obispos’
involucrados en este tipo de marchas son el futuro de la Iglesia? Imposible.
Incluso para referirse a ellos como ‘obispos católicos tradicionales’ da
demasiada respetabilidad a todo el negocio, que es, en opinión de este escritor,
muy irrespetuoso de hecho”.
Y dos párrafos más adelante: “la historia no terminará aquí, es probable que los ‘obispos’
instantáneos continuarán multiplicándose exponencialmente, como entre los
‘viejos católicos’”. (Dos Obispos en cada Garaje).
P. Basilio Méramo
Bogotá, 19 de Marzo de 2018
En la Fiesta del Glorioso San José,
Patrono y Gran Protector de la Iglesia